La invasión de Ucrania por parte de Rusia está comportando que la selección y los clubes de este país estén siendo boicoteados en el mundo del fútbol. En primer lugar, la UEFA decidió cambiar la sede de la final de la Champions League, que se tenía que disputar en San Petersburgo (Rusia). Además, lo más probable es que el mismo organismo prohíba jugar como locales a los equipos rusos dentro de su país de origen.
Horas después, la selección polaca de fútbol anunció su intención de no disputar el partido de clasificación por el Mundial que tienen que jugar contra Rusia el próximo 24 de marzo. Ambos equipos debían enfrentarse en la primera de las dos eliminatorias que conforman la repesca por el Mundial. Este torneo sirve porque algunas selecciones que no han conseguido su billete para la Copa del Mundo en la fase de clasificación tengan una segunda oportunidad.
Polonia y la República Checa se unen al boicot en Rusia
Si Rusia superara la eliminatoria contra Polonia, se enfrentaría a Suecia o la República Checa. Ahora bien, estas dos selecciones también se niegan a jugar contra el equipo ruso. El presidente de la federación sueca, Karl-Erik Nilsson, ha manifestado que «decida lo que decida la UEFA , nosotros no jugaremos contra Rusia en marzo. Pedimos un boicot deportivo a este estado mientras dure la invasión en Ucrania«. Finalmente, la selección checa también ha anunciado su negativa a enfrentarse a Rusia a través de un comunicado donde asegura que «no es posible jugar contra la selección rusa en estas circunstancias. Ni siquiera en un campo neutral».
Esta posición de Polonia , Suecia y la República Checa pasa la pelota a la UEFA y la FIFA en la hora de tomar una decisión sobre las medidas que se puedan tomar con la selección rusa. Hoy por hoy, ninguno de estos dos organismos contempla a sus estamentos la expulsión de una selección de cualquier competición por la aparición de un conflicto bélico. Aun así, parece difícil pensar que la FIFA y la UEFA decidan otorgar el billete al Mundial en Rusia porque sus contrincantes se nieguen a jugar.