El Manchester City, entrenado por el técnico catalán Pep Guardiola, podría correr el mismo destino que el Chelsea londinense y verse gravemente afectado por la invasión rusa en Ucrania. El gobierno británico ha puesto el foco en el jeque, primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y propietario del City, Mansour bin Zayed Al Nahyan, a quien culpan de «no estar contribuyendo a la paz» por haberse reunido con el presidente sirio Bassar al-Asaad, considerado aliado de Vladimir Putin. El diputado galés de la Cámara de los Comunes Chris Bryant ha dicho el siguiente, refiriéndose a Mansour: «Ha habido una matanza bárbara y sostenida en Siria, codirigida para el-Assad y ahora Putin está haciendo la misma guerra de agresión contra Ucrania y ahora hay gente que quiere reunirse con ellos?».Por eso consideran que no es una persona digna de poseer un club de la Premier League.
Esto supondría un agravio importantísimo para el City, que actualmente es uno de los equipos más en forma del mundo y que es considerado uno de los favoritos para ganar la UEFA Champions League de esta temporada, donde ya se encuentran a los cuartos de final. El trabajo de los últimos años de Guardiola ha dado forma a un grupo de cromos carísimos que desde hacía tiempos no acababa de rutllar porque no tenía un proyecto claro detrás. En cambio, con el de Santpedor al banquillo, los citizens han ganado varias Premier Leagues, han llegado a una final de la Champions y cada año aspiran a todo.
Las sanciones impuestas al Chelsea de Roman Abramóvitx
Hay que recordar que las sanciones impuestas en el Chelsea provienen de la relación estrecha de su propietario, Roman Abramóvitx, con Vladimir Putin. Al club londinense se le ha prohibido fichar, renovar o vender jugadores hasta nueva orden, del mismo modo que no puede hacer ningún tipo de gasto o ingrès económicos, como por ejemplo vender entradas y abonos o pagar viajes, y solo se los permite pagar los sueldos de sus trabajadores, futbolistas incluidos. Además, el gobierno británico también se plantea la posibilidad de hacer jugar el Chelsea a puerta cerrada.