La selección senegalesa ha ganado la primera Copa Africana de Naciones de su historia. El torneo, que se ha disputado en el Camerún desde el comienzo del mes de enero, ha derivado en una final entre Senegal y Egipto en Yaundé. El partido, que ha sido luchado en todo momento, no se ha podido resolver en los noventa minutos de juego, ni tampoco en los treinta de tiempo añadido, así que se ha tenido que marchar a la tanda de penaltis, donde el conjunto del oeste de África se ha acabado imponiendo al equipo del Oriente Medio. Hasta ahora, Senegal solo había conseguido dos semifinales, entre ellas la de la última edición el 2019, así que se trata de toda una gesta para el país, que, además, ha derrotado la selección que tiene más Copas de África de la historia.
El partido se ha vivido como un enfrentamiento entre dos conjuntos liderados por dos amigos y compañeros de equipo. Sadio Mané es la estrella indiscutible de Senegal, del mismo modo que Mo Salah lo es de Egipto. Ambos jugadores militan en las filas del Liverpool. Ambos han sido protagonistas ya en la primera mitad. Mané ha fallado un penalti en el tramo inicial, con un buen lanzamiento que ha sido parado a la perfección por Gabaski, del mismo modo que Édouard Mendy, portero senegalés, ha parado un gran chut de Salah poco antes del descanso. De hecho, los porteros han acabado robando el papel principal a Mané y Salah, puesto que se han pasado todo el partido y la prórroga posterior haciendo paradas sensacionales.
De este modo, el duelo ha acabado llegando, inevitablemente, a la tanda de penaltis. Nuevamente, Gabaski y Mendy han vuelto a ser importantísimos para sus equipos, pero finalmente el portero senegalés del Chelsea ha estado capaz de parar un lanzamiento más que su rival y Sadio Mané se ha encargado de marcar la pena máxima decisiva de su equipo. La locura se ha desatado en una selección que, desde que está liderada por el jugador del Liverpool, no hace más que crecer año tras año y que ahora ya tiene el Mundial de Qatar como nuevo objetivo a la vista.
