El vestuario del Barça puede ser fundamental para acabar consiguiendo una posible renovación del delantero francés Ousmane Dembélé, ahora que han vuelto a aparecer informaciones desde la prensa gala que aseguran que el extremo de Vernon se está planteando la posibilidad de alargar su contrato con la entidad azulgrana. Durante los últimos días han sido muchas las voces de la plantilla culé que se han manifestado a favor de su renovación. De hecho, ninguno de ellos ha querido lanzar balones fuera y siempre que han sido preguntados al respecto, se han posicionado de forma clara. Algunos de los casos que han transcendido han sido los del portero alemán Marc-André Ter Stegen o los jóvenes mediocampistas Nico González y Gavi.
Jordi Alba también pide la renovación de Dembélé
El último que se ha añadido a esta lista ha sido el lateral izquierdo de l’Hospitalet de Llobregat Jordi Alba. En la concentración de la selección española, el jugador azulgrana ha hablado con la Cadena SER y ha sido muy claro sobre el futuro de Dembélé: «¿Renovar a Dembélé? Creo que lo tendrían que hacer. En su posición es uno de los mejores del mundo con diferencia. Está motivado y no sé qué hará, pero espero que se quede». La sensación es similar a la de la temporada pasada con Leo Messi, cuando todo el equipo remaba públicamente a favor de la renovación del argentino. Le consiguieron convencer, a pesar de que se tuvo que acabar marchando por los problemas económicos del club.
Xavi y Aubameyang, los más insistentes
Pero si hay dos actores que están siendo fundamentales en esta presión positiva que se está haciendo a Dembélé, estos son el técnico Xavi Hernández y el delantero de moda Pierre-Emerick Aubameyang. El técnico egarense insiste en la idea de que «bien trabajado, puede ser el mejor del mundo a su posición», mientras que el atacante gabonés ha dirigido varios mensajes públicos para pedirle que se quede, puesto que están unidos por una buena amistad, la cual se refleja sobre el terreno de juego con muy buenas jugadas de asociación entre los dos. La decisión final, sin embargo, siempre estará en manos del Mosquito.
