Después del partido de pachanga en Australia entre los jugadores del primer equipo del Barça y las estrellas de la liga oceánica, ya se puede decir oficialmente que ha acabado la temporada 2021-2022 para el club azulgrana. Ha sido un curso de muchas decepciones, donde no se ha levantado ningún título y donde los grandes meses de febrero y marzo que se hicieron con Xavi Hernández en el banquillo acabaron quedando en un espejismo después del coitus interruptus que supuso la eliminación de la Europa League a manos del Eintracht de Frankfurt con la invasión alemana en el Camp Nou y todo lo que posteriormente se ha desprendido. Es por eso que, ahora que el fútbol ha acabado en el césped, se tiene que activar el trabajo en los despachos para intentar revertir la situación.
El problema, sin embargo, es que la delicadísima situación económica del Barça no permite grandes operaciones. Todos los movimientos de la secretaría técnica se tendrán que hacer con la habilidad de un malabarista y la precisión del bisturí de un cirujano y cada mala noticia supone un golpe bajo para los intereses azulgranas. Es por eso que las declaraciones de las últimas horas de dos jugadores que son propiedad del Barça, Miralem Pjanic y Martin Braithwaite, han caído como una bomba en los despachos del club.
Martin Braithwaite y Miralem Pjanic se niegan a abandonar el Barça
Ninguno de los dos entra en los planes de Xavi. De hecho, Pjanic ya ha jugado cedido al Besiktas turco durante toda esta temporada. Ellos ya saben que el Barça no cuenta con ellos, pero aun así no tienen ninguna intención de colaborar y los dos han dicho lo mismo. Por un lado, Braithwaite ha asegurado en el canal TV2 de la televisión danesa que «me quedan dos años de contrato y no pienso salir del Barça». En la misma línea, Pjanic ha afirmado en el diario italiano La Repubblica que «me veo quedándome dos años más en el Barça y cumpliendo con mi contrato».
Esto supone un contratiempo importante para la dirección deportiva de la entidad azulgrana. Ambos futbolistas tienen contratos previos a la pandemia y a la llegada de Joan Laporta a la presidencia, así que sus sueldos no tienen nada que ver con la política actual que sigue el Barça. La opción ideal seria que se marcharan traspasados para poder sacar algún beneficio de su venta y aligerar la masa salarial. La otra opción seria que aceptaran la carta de libertad o una cesión. Ahora bien, la peor salida es la que proyectan ellos mismos: quedarse en el Barça, reducir el límite salarial y ocupar dos lugares de la plantilla cuando nadie cuenta con ellos.
