La historia moderna del Fútbol Club Barcelona no se entiende sin dos conceptos clave: el modelo y la cantera. Ambas premisas van de la mano bajo una sola idea, la Masia, un centro de formación de deportistas donde se han forjado muchos futbolistas que han acabado haciendo historia en el Barça. En esta academia, los chicos y chicas que viven allí aprenden toda una serie de conceptos que les acompañan a lo largo de su trayectoria y que acaban construyendo los cimientos del fútbol Barça: pase, toque, rondo, conservación, juego de posición, juego de situación, etc. De hecho, con el objetivo de asegurar el legado de un estilo de juego tan característico, se ha potenciado un Área de Metodología que permite preservar una idea que ha sido, es y será el mejor fichaje de todos. De hecho, esta escuela y esta idea que la conforma han vuelto a allanar el camino hacia un nuevo Barça que necesita, imperiosamente, sustentar y basar el proyecto deportivo a partir del modelo y de la cantera, tal y como ha quedado demostrado históricamente.
La intención de querer ser protagonista con el balón es el leitmotiv, ya que toda la vida hemos visto cómo el Barça ha necesitado controlar todos los aspectos del juego para lograr el éxito. De lo contrario, fue un juguete en manos del rival. En concreto, el equipo de Pep Guardiola se convirtió en la sublimación de un estilo de juego con un engranaje formado en casa. Sin embargo, el relato se ha ido agrietando con el tiempo y, en función de quién ha tenido el mando, ha pasado de ser útil a ser por un simple uso mercantil y de palabra, no de hechos. Fueron varios años sin ver ni un solo jugador formado en la cantera llegando y asentándose en el primer equipo masculino azulgrana, pero varias generaciones han vuelto a asomarse para rescatar a un FC Barcelona que ha vuelto a encontrar en la Masia la vía para solucionar una serie de problemas futbolísticos, económicos e institucionales.

¿La Masia volverá a ser la base?
Lejos queda el 25 de noviembre del 2012, cuando el Barça de Tito Vilanova alineó un once relleno totalmente de canteranos para jugar contra el Levante, en el Ciutat de València: Valdés, Montoya, Puyol, Piqué, Jordi Alba, Busquets, Xavi, Iniesta, Cesc Fàbregas, Pedro y Messi. Todo ello, en un choque que se llevó el bando catalán por 0 goles a 4 y que fue una más de las tantas victorias que se dieron en la famosa liga de los 100 puntos. Bonito y a la vez funcional, puesto que la apuesta resulta beneficiosa futbolísticamente, pero también económicamente.
Parece difícil repetir un hito tan atípico como honorífico. Sin embargo, todos y cada uno de los esfuerzos deberían ser exprimidos en esta vía, y parece que así lo ha entendido Xavi Hernández, hijo del modelo y esencia del equipo más emblemático. La Masia ha vuelto a demostrar que es una fuente de talento, que evoluciona con el tiempo, que se adapta a los cambios que sufre el fútbol y que es capaz de nutrir al primer equipo de jugadores de talla mundial. Aunque se debe, en parte, a la necesidad económica del club, también tiene gran parte de mérito la fe que el entrenador mantiene en los jóvenes talentos de la cantera azulgrana. No es nada sencillo hacer debutar a jugadores, más aún cuando algunos de los escogidos no han llegado a la mayoría de edad. De hecho, la apuesta de este año es relevante y destacable, ya que ha hecho debutar a Fermín López (20 años), Marc Guiu (18), Héctor Fort (17) y Pau Cubarsí (17), además de contar con dos jugadores que ya lo hicieron la pasada temporada como Marc Casadó (20) o Lamine Yamal (16). Este último, la guinda del pastel.

Lamine Yamal, Héctor Fort, Pau Cubarsí o Marc Guiu están siendo algunos de los nombres del momento. Los tres primeros no han temido ni dado ningún paso en falso en dos escenarios históricos del fútbol español como son el Benito Villamarín y San Mamés, mostrando mucha personalidad más allá de una evidente calidad. Unos jóvenes talentos que se unen a otros futbolistas formados en casa y que ya están completamente afincados en el primer equipo, como Gavi (19) o Balde (20). Falta por saber si otros que están cedidos como Ansu, Eric Garcia, Nico o Chadi Riad podrán gozar de nuevas oportunidades, pero lo que es evidente es que muchos de los mencionados deberían conformar la base sólida de un nuevo Barça que, poco a poco, sigue estableciendo el cambio generacional. Este, una vez se complete, debería convertirse en el remedio para volver a alcanzar el éxito.
Lamine Yamal, líder de una nueva generación talentosa y descarada
Lamine Yamal destaca como líder de una nueva hornada y ya ha establecido todo tipo de récords a lo largo de la presente temporada. En el Trofeo Joan Gamper se presentó y tanto en el Villamarín como también en San Mamés se ha doctorado, dejando su huella con un gol espectacular que hizo rememorar una jugada clásica de otro emblema surgido de la cantera que se convirtió en lo mejor de todos los tiempos. El joven mataronense está en el Barça desde el 2014, cuando tenía 7 años. No han pasado ni diez meses de su debut con el primer equipo. Tenía 15 cuando Xavi le dio la alternativa, por confianza y por necesidad de club. Se proyecta como un claro referente de futuro, pero no deja de tener 16 años y, por lo tanto, no merece responsabilidad alguna.

Héctor Fort, nacido y criado en el azulgrana barrio de Les Corts de Barcelona desde 2006, es un polivalente lateral derecho que también puede actuar como central. Además, su versatilidad ha quedado patente con su notable personalidad y compitiendo en el lateral izquierdo cuando se le ha necesitado. De su generación también es Marc Guiu, delantero de Sant Celoni que debutó con un gol instantáneo y salvador ante el Athletic Club el pasado mes de octubre. Y más joven, de la quinta de Lamine, es Pau Cubarsí, un joven defensa central del Estanyol (Gironès), que acaba de cumplir los 17 años y que ha demostrado, en pocos partidos, una salida de balón y una colocación que muchos fichajes de renombre y con mucho dinero de por medio no podrían ofrecer.
En conjunto, estos jóvenes jugadores formados en la Masia han dado una nueva cara al Barça. Además, solo son el ejemplo de otros que están por venir. De este modo, han demostrado que el club puede y debería seguir confiando en el talento formado en casa. Pese a la eliminación en la Copa del Rey, el culé cerró la televisión con la ilusión y la esperanza de que el proyecto deportivo puede ir acompañado de una joven generación de jugadores que conocen al club como nadie más y que, encima, juegan con una calma, una personalidad y un coraje asombrosos. “La diferencia que veo de mi generación a esta es que quieren jugar. No están asustados. En mi época quizás lo estábamos más, pero a ellos les veo con ganas y con la cara de que es su momento”, destacó Xavi hace un tiempo. De hecho, el técnico ha subrayado en varias ocasiones la importancia de la cantera como base para la construcción del futuro. “Tenemos una generación de muchos jóvenes con mucho rendimiento. Debemos ayudarles a que este rendimiento sea continuo”, ya señaló el propio técnico egarense el día de su llegada. En sus manos está un listado de jugadores que han derribado la puerta, demostrando que se debe confiar en la Masia. Si se suman a los ya están arriba, se puede construir la base sólida de un Barça que vuelva a ilusionar y a reinar.