El Fútbol Club Barcelona está trabajando a contrarreloj para ynscribir a todos los jugadores antes del inicio de la Liga, el sábado de esta semana ante el Rayo Vallecano y en el Camp Nou. Una situación complicada, que evidencia que, pese a la gran maniobra barcelonista en el mercado de fichajes, la situación salarial que había y que existe en el club es controvertida.
A estas alturas, ninguna incorporación que se ha hecho podría disputar un solo minuto contra el conjunto madrileño, en el inicio de una temporada que promete. Ni Franck Kessié ni Andreas Christensen que, según ESPN, podrían incluso abandonar el club si no se lograra el registro en cuestión, si bien esto parece una opción remota; ni tampoco los jugadores que han llegado a cambio de un precio de traspaso, que son Raphinha, Jules Koundé y Robert Lewandowski; ni tampoco los dos hombres que acaban de ser renovados, Ousmane Dembélé y Sergi Roberto.
Laporta instauró el optimismo
En un acto realizado hace unos días en el Palau Blaugrana con peñas azulgranas, el presidente, Joan Laporta, instauró la tranquilidad. Asumió que “no vamos a tener ningún problema para inscribir a todos los jugadores, estamos en el buen camino”. Por tanto, fue optimista, al menos de cara al público. Pero es ciertamente una situación que poco a poco se está convirtiendo en alarmante. A falta de cuarenta y ocho horas, todavía no está garantizada la participación en la Liga de muchas de las piezas clave del nuevo Barça de Xavi.
La alternativa ofensiva contra el Rayo
Y es que el técnico ha dejado claro que muchos de los jugadores citados serán importantes en su esquema. En la prueba de fuego del Trofeo Joan Gamper alineó, de hecho, a un tridente ofensivo con Raphinha, Dembélé y Lewandowski. De momento, ninguno de los tres podría ser de la partida a la competición doméstica, y el terrassense debería contar con un formato con Ansu Fati, Pierre-Emerick Aubameyang y Ferran Torres. Sería el mal menor, ya que son tres jugadores de calidad, aunque el hipotético escenario de no poder utilizar los servicios del brasileño, el francés y el polaco sería surrealista.