La decepción alrededor del Barça de baloncesto es mayúscula. El equipo de Sarunas Jasikevicius ha hecho una temporada espectacular. Ha ganado la Copa, ha quedado líder de la ACB y la Euroliga y ha batido varios récords. Aun así, en la hora de la verdad, ha acabado fallando. La eliminación en las semifinales de la final four de Belgrado en manos del eterno rival, el Real Madrid, ha estado muy dolorosa, sobre todo por el hecho que estaba todo encarrilado porque este fuera el año de la tercera Euroliga azulgrana.
Sarunas Jasikevicius, un gran entrenador que ha fallado en el peor momento
No se puede negar que Jasikevicius es un gran entrenador y ya ha conseguido muchos éxitos con el Barça. En dos temporadas ya tiene dos Copas y una Liga ACB, a la vegada que ha vuelto a convertir en habitual que el equipo se clasifique para la final four. Ahora bien, en este caso también ha sido lo gran responsable de la eliminación del Barça. Mientras que en el segundo cuarto ha estado capaz de dar las instrucciones adecuadas a sus jugadores para conseguir una ventaja de once puntos al descanso, a la reanudación no ha tenido la habilidad de gestionar este marcador tan favorable y tampoco ha podido parar la remontada del Madrid de ninguna forma.
El protagonismo de Cory Higgins en el Barça, un gran error
Cuando solo quedaban cinco minutos para el final del tercer cuarto, el Barça todavía tenía estos once puntos de margen. Ha estado entonces cuando ha tomado una decisión que ha acabado siendo decisiva. Jasikevicius ha dado entrada a Cory Higgins, probablemente el segundo mejor jugador del equipo después de Nikola Mirotic. El problema, pero, es que ha sido lesionado durante casi toda la temporada y ha llegado a este partido con poquísimo ritmo competitivo. Enseguida se ha visto que lo escolta estadounidense no tenía el impacto del curso pasado, pero aun así lo ha mantenido a pista durante cinco minutos. En este tiempo, el Madrid ha recortado los once puntos de diferencia, ha dado la vuelta al marcador y ha entrado en el cuarto periodo con cuatro de ventaja.
No se puede atribuir la responsabilidad de esta remontada a Higgins. El jugador, sencillamente, no tendría que haber jugado este partido y el entrenador lo tendría que haber sabido. En un caso extremo, en el cual el Barça hubiera ido claramente por detrás al marcador, la carta de Higgins podría haber sido un buen revulsivo por el cual apostar en un momento de desesperación, pero el que no se entiende es que haya tenido tantos minutos en un momento en el cual lo único que tenía que hacer el Barça era continuar del mismo modo. En vez de esto, Jasikevicius ha dado mucha responsabilidad a un jugador que ha pasado del todo desapercibido y los azulgranas ya no han estado capaces de enjugar la diferencia al marcador en el último cuarto.