Encarna Hernández, pionera del baloncesto femenino en Cataluña y España, ha muerto con 105 años. Así lo ha anunciado su entorno, a través de una piada, en la cual han lamentado comunicar que «nos ha dejado nuestra estimada Encarna. Curiosa, divertida, con genio, generosa, longeva, deportista y con una memoria envidiable. Nos faltan caracters para poder hablar de ella. Gracias, Encarna, por todo. Y gracias a tu familia por lo tanto».
Encarna Hernández nació en 1917 a Lorca (Comunidad de Murcia), pero con diez años se mudó en Barcelona, juntamente a su familia. Aquí, durante su adolescencia, empezó a practicar varios deportes. Entre ellos, el baloncesto. El año 1931 fundó un equipo, el Club Atlas, y aconteció una de las jugadoras más destacadas del equipo femenino. Después, el equipo se va disoldre y Hernández fichó por el Laietà. Recaló al Cottet, para acabar jugando al Fútbol Club Barcelona. Lo hizo de 1944 a 1952. Se retiró con 36 años, cuando tuvo un hijo.
Durante su carrera como jugadora, se la conoció como La niña del gancho. Mesuraba solo 1’54 metros, una altura baja en términos de baloncesto. Por lo tanto, se adaptó y desarrolló muy bien el clásico movimiento del gancho, en la hora de hacer anotaciones. Eso sí, también fue una figura muy importante como entrenadora. Ha estado nada más y nada menos que la primera entrenadora de baloncesto mujer reconocida a España. También fue árbitro. Una figura muy importante, pues, durante el franquismo. Una dictadura que destacó, entre otras muchas cosas, por su machismo extremo.
Encarna Hernández ha recibido varias distinciones
Gracias a todo ello, Hernández ha recibido muchas distinciones, como por ejemplo la Medalla de Oro al Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes, en 2020, y la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Barcelona en 2020, por haber trabajado «por la igualdad de oportunidades en el deporte como herramienta de construcción social». Además, la directora de cine Raquel Barrera publicó, en 2016, un documental que explica su figura, denominado
