El tenista serbio Novak Djokovic ha ganado el juicio al que había sido sometido por las autoridades australianas después de que pidieran su deportación por haber viajado al país oceánico sin estar vacunado contra la Covid-19 para disputar la Open de Australia. A pesar de que Alex Hawke, ministro de Inmigración, todavía tenga la posibilidad de vetar la decisión judicial y cancelarle el visado, Djokovic ya ha salido del hotel donde estaba aislado y retenido e incluso ha hecho el primer entrenamiento en las pistas donde se celebrará Grand Slam y da por hecho que podrá competir.
A su vez, la familia -su padre, su madre y su hermano- han ofrecido una rueda de prensa donde se han mostrado muy contundentes contra las autoridades australianas y han llegado al extremo de asegurar que ha sido sometido a torturas: «Él siempre ha luchado para pedir justicia, puesto que no ha hecho nada mal, no ha roto ninguna ley y ha sufrido torturas y abusos. En algunos momentos no han permitido que tuviera su teléfono y no podíamos saber qué le estaba pasando o si se encontraba bien. Ha estado viviendo bajo condiciones inhumanas. No le han dado ni el desayuno».
Después de estas palabras tan duras, sin embargo, se han mostrado esperanzados y han dejado entrever que dan este caso por cerrado: «No queremos pensar en ninguna otra cosa. Será libre y podrá jugar el Open de Australia». Es por eso que han agradecido públicamente la decisión del juez Anthony Kelly y han calificado la resolución de este conflicto como «la victoria más grande de la carrera de Djokovic, más aún que cualquier Grand Slam». Tanto el tenista como sus familiares han tenido palabras de admiración por toda la gente que le ha apoyado desde la cercanía del hotel donde ha sido retenido y también desde otros lugares del mundo.