Las grandes revoluciones a menudo tienen un hecho icónico que lo desencadena todo. El Motín del té de Boston en 1773 en la Independencia de los Estados Unidos, la Toma de la Bastilla en 1789 en la Revolución Francesa o la del Palacio de Invierno de Petrogrado en 1917 en la Revolución Rusa. El mundo del fútbol también tiene su statu quo y de vez en cuando alguien lo sacude y lo cambia. Este lunes, el fútbol se viste de Balón de Oro para elevar a sus estrellas, pero los protagonistas de todas las conversaciones serán el nuevo Barça de Hansi Flick, la Masia y Lamine Yamal, después de una semana vibrante en la que el equipo culé ha desafiado el orden establecido, primero goleando al Bayern Múnich en la Champions (4-1) y tres días después asaltando el Bernabéu (0-4) ante el Madrid de Mbappé, Vinicius y compañía. En tres meses de vida mal contados, este baby Barça ya puede contar una noche mágica en Europa y una goleada en el Bernabéu.

Sabíamos que no era una semana cualquiera, porque a pesar de su fútbol eléctrico, el liderazgo en la Liga y la magnífica versión de sus futbolistas, el Barça de Flick necesitaba pruebas más sólidas para saber de qué está hecho. Y volver del último parón de selecciones encadenando Sevilla, Bayern y Madrid en siete días era como someterlo a la prueba del polígrafo para conocer la verdad de este diamante en bruto que es el Barça de Flick, de su plantilla de Generación Z con 6 titulares de la Masia (y 6 más esperando), de su apuesta inequívocamente ofensiva o de su defensa a 50 metros de la portería. Verdades como puños. Ante la bestia negra europea que le había ganado en 11 de 15 enfrentamientos con 2-19 en los últimos cinco y también ante el Madrid de las 15 Champions, invicto en las últimas 42 jornadas de Liga y reforzado con Mbappé. Ni un paso atrás.

El Barça no ha negociado ni la idea, ni el riesgo, ni las convicciones, se ha batido en duelo y sale más fuerte. Una semana, tres goleadas (contando el 5-1 al Sevilla) y un parcial de 13-2 que sitúa al Barça como el equipo más goleador de las grandes ligas europeas (37); a Robert Lewandowski como el mejor delantero (17 goles + 2 asistencias) por delante de Haaland (14), Mbappé (8+2), Kane (14+4) o Vinicius (8+4); a Lamine Yamal (6+7) y Raphinha (10+7) dentro del top 5 de esta lista de elegidos; a Marc Casadó como el chico que ha hecho olvidar el fichaje de Kimmich; a Kounde-Cubarsi-Íñigo-Balde como la defensa que más fueras de juego ha provocado (77); a Iñaki Peña como un portero que se rebela contra la marginación; y a Olmo, Fermín, De Jong y Gavi como un refuerzo de lujo para un equipo limitado de efectivos.

El Barça de Flick todavía tiene mucho que hacer y casi todo por ganar, pero ha demostrado que tiene alma, tiene personalidad, tiene hambre y tiene un entusiasmo que contagia, una combinación que promete emociones fuertes.



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