Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte y el Barça de Hansi Flick no parece estar muerto. Después del shitty november, siguió el fucking december y ahora la desagradable visita al dentista del Getafe de Bordalás, que prolonga una de las peores rachas en la Liga en 50 años (6 puntos sumados de 24) y aleja al equipo del liderazgo. Esto, sin embargo, no oculta que el reset de las vacaciones le ha venido de maravilla al equipo azulgrana. En cinco partidos, cuatro victorias, tres goleadas, otra paliza al Madrid con título incluido (Supercopa) y velocidad de crucero en la Copa. Y resultados aparte, el equipo ha recuperado la alegría, el vértigo y la contundencia del primer tramo de temporada, además se ha reforzado desde el banquillo (Araujo, Gavi, De Jong, Ferran) y se ha endurecido con la experiencia acumulada. El empate de Getafe es la excepción a la regla.

En cambio, la manita al Madrid (5-2) en la Supercopa seguramente es el test que mejor expresa el tono del equipo barcelonista en este 2025, por la ocasión (una final), por la convicción del grupo de Flick, por su superioridad futbolística y por haberle pintado la cara al campeón de Liga y Champions por segunda vez en 80 días. Con un valor añadido, la capacidad del equipo de superar golpes (marcador adverso, lesión de Iñigo, expulsión de Szczesny), la de no resquebrajarse con la inferioridad numérica y la consistencia del equipo en esta secuencia, en la incomodidad de Barbastro, los focos y la intensidad del clásico de Arabia y el aterrizaje en la Copa (Betis).

Cuatro partidos que dejan un saldo impactante de 16 goles a favor y 3 en contra y retratan a este Barça como un equipo capaz de hacer grandes cosas con tal de que minimice sus debilidades; con un hambre insaciable, talento en todas las líneas, un poder ofensivo (88 goles en 29 partidos) que nos transporta a medias de los años 50, con un Lamine Yamal en modo crack elevándose cada día un poco más, y ahora también con la exuberancia física de Araujo, la intensidad de Gavi y la precisión de De Jong alargando el núcleo duro de la plantilla de cara a los meses en que se ventilarán los títulos.

Y tras este spoiler trepidante de lo que se está gestando, llega el partido de Getafe como prueba de debilidad; de la falta de contundencia en ambas áreas que esta vez le ha costado 2 puntos más y la oportunidad de perseguir a los de arriba y, en definitiva, de la irregularidad que está marcando el joven proyecto de Flick esta temporada. Un contraste que hace sospechar que todo esto solo es el aperitivo de lo que este Barça puede conseguir y que invita a disfrutar del trayecto.



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