El Atlético de Madrid visitó el Etihad Stadium del Manchester City la semana pasada en la ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League. Lo hizo con el objetivo de tomar el mínimo dolor de cara a la vuelta, al Wanda Metropolitano y por tanto en su casa y con su afición. El conjunto dirigido por Diego Pablo Simeone lo consiguió, en tanto que, tras defender con uñas y dientes su portería, perdieron sólo por 1-0 contra uno de los mejores equipos del continente. Esta semana, en la vuelta mencionada el estadio colchonero se convertirá en una caldera. Pero no tan caliente como el técnico argentino hubiera deseado. Y es que por culpa de un aficionado, los madrileños recibirán una importante sanción en su estadio.
Resulta que la UEFA detectó que uno de los aficionados que acompañó al equipo al campo mancuniano realizó un saludo nazi. Esto está prohibido, como no podría ser de otra forma, por la asociación organizadora del torneo, que tiene el No to racism (no al racismo) como lema para perseguir precisamente el racismo. Y el nazismo es un movimiento, entre otras cosas, racista. Por tanto, como castigo, en la vuelta, que se jugará el próximo miércoles, se cerrará una grada con al menos cinco mil asientos. Por otra parte, la propia UEFA exigirá al Atlético que instale una pancarta con el lema mencionado, No to racism, y el logotipo de la asociación.
El Atlético de Madrid perderá fuerza para intentar remontar al Manchester City
El estadio rojiblanco tiene una capacidad para 68.456 personas. Por tanto, esta sanción significa que perderán las gargantas de un 7% de aficionados y aficionadas. No es una cifra estratosférica, pero sí relevancia. Si bien el aficionado que hizo lo que hizo no representa ni a todo el club ni a toda la afición, seguramente a partir de esa dureza en el futuro se lo repensará.
El grupo ultra del club colchonero, el Frente Atlético, es de extrema derecha
Hay que recordar que el grupo de aficionados ultras del club madrileño, el Frente Atlético, tiene una ideología de extrema derecha. No ha trascendido si el aficionado en cuestión forma parte de esa agrupación. Pero es sabido que, a diferencia de otras agrupaciones ultras españolas, ellos sí que tienen permitida la entrada en su estadio. Y eso, a pesar de hechos como el del Etihad Stadium o aunque a finales del año 2014 hubieran asesinado a un ultra del Deportivo de La Coruña (que pertenecía al grupo Riazor Blues, de ultra izquierda) en una pelea antes de un partido.