La selección del Marruecos ha conseguido una victoria histórica en el Mundial de Qatar. Hacía veinticuatro años que los marroquíes no ganaban un partido de la Copa del Mundo y en la segunda jornada de la fase de grupos han derrotado a la todopoderosa Bélgica, cosa que ha desatado la euforia entre sus seguidores. Sin embargo, como siempre pasa con este deporte, hay aficionados que han aprovechado el triunfo y la celebración para utilizar la violencia. En Bruselas, capital de Bélgica, muchos marroquíes han salido a la calle para festejar la victoria de su equipo, cosa que ha provocado disturbios, puesto que los belgas, justamente, han sido el conjunto derrotado. La policía, finalmente, ha tenido que intervenir para parar el caos que se estaba viviendo en la ciudad.
Los hechos han empezado cuando unos ciento cincuenta jóvenes que apoyaban a la selección de Marruecos han empezado a encender bengalas y fuegos artificiales en el centro de Bruselas para celebrar la victoria de su conjunto. Esto ha escalado rápidamente en la quema de contenedores y la violencia ha ido aumentando. Han golpeado vehículos, han volcado algunos otros e incluso han llegado a destrozar unos cuántos. También ha habido destrozos destacados en cuanto al mobiliario urbano. Rápidamente, un gran despliegue policial ha atacado a los jóvenes con gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersarlos. También se han cerrado estaciones de metro y durante unas horas se ha pedido a los ciudadanos que evitaran el centro de Bruselas. Ha habido varios heridos, entre los cuales destaca un periodista, así como varias detenciones.
Amberes, Lieja, Ámsterdam, Róterdam…
También ha habido disturbios en otras ciudades belgas y el conflicto se ha trasladado incluso a los Países Bajos. Destacan doce detenciones en Amberes por disturbios similares a los de Bruselas. En Lieja los aficionados de la selección de Marruecos incluso han atacado una comisaría de la policía. En Róterdam, medio millar de personas han causado problemas en el centro de la ciudad y la policía ha cargado contra ellos, cosa que ha acabado con una batalla campal entre las dos partes. En la capital de los Países Bajos, Ámsterdam, los disturbios han sido menores, pero también se han encendido fuegos y se han lanzado fuegos artificiales.