Ya hace tiempo que el fútbol en Arabia Saudí ha hecho un salto monumental hacia una nueva dimensión. Su reino aprobó hace unos meses un proyecto por el cual se privatizarían los clubes de fútbol por medio de empresas públicas, hecho que ha desencadenado una era de posibilidades ilimitadas. Más dinero para fichajes, la capacidad de atraer estrellas internacionales y la ambición de convertir la liga saudí en una de las más grandes del mundo. Todo ello ha provocado una verdadera revolución en el país por una competición que ya ha empezado y que, como todo por todas partes, las cuestiones negativas asociadas al fútbol también han hecho acto de presencia.
Según informaciones de los medios locales, ya se ha producido el primer gran conflicto en un vestuario de la liga y el club afectado parece ser el Al-Ittihad de Karim Benzema, el actual campeón. La causa de este conflicto cae en la necesidad de liberar fichas para poder incorporar nuevos jugadores. De hecho, en Arabia Saudí, cada equipo solo puede contar con ocho jugadores extranjeros, pero el Al-Ittihad actualmente tiene diez. Un problema que estalló cuando el club ha intentado fichar Mohammad Al-Owais, portero internacional saudí del Al-Hilal, a cambio de ceder el brasileño Marcelo Grohe para liberar una ficha de extranjero. Esta decisión entraba en conflicto directo con los planes del entrenador portugués Nuno Espírito Santo, quien prefería mantener Grohe como titular en la portería.
Los jugadores extranjeros que no son estrellas se revelan
Esta situación ha provocado inestabilidad en algunos jugadores, que ahora se preocupan por su futuro en este reino del suroeste asiático. Entre los afectados se encuentra el defensa central egipcio Hegazi, quien se encuentra lesionado y exige que le paguen el resto de su contrato si es traspasado, mientras todavía no ha sido inscrito en la Saudi Pro League, la liga saudí. De hecho, ya se habla de que quieren a Marquinhos (PSG) como recambio. Además, otros jugadores, como el atacante marroquí Abderrazak Hamdallah o los brasileños Igor Coronado y Romarinho también se encuentran en situaciones parecidas. Este último fue una estrella del equipo la temporada pasada y ahora ha expresado su deseo de marchar.
Las mismas informaciones indican que el ambiente general en el club «está dominado por la tensión» a causa de la inestabilidad de la situación de los jugadores extranjeros. La restricción en el número de jugadores foráneos es un obstáculo que no puede ser resuelto con dinero y los clubes tienen que encontrar soluciones porque los jugadores locales no cuentan con suficiente calidad futbolística. Así pues, a pesar de las grandes inversiones, no hay bastante para ocultar cuestiones como esta. En todo caso, el fútbol saudí no deja de invertir enormes cantidades de dinero para atraer los mejores jugadores de renombre internacional. En efecto, continúan determinados en colocar su liga en el Top-10 mundial.
