La respuesta de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sobre el caso de las actitudes machistas de su presidente, Luis Rubiales, ha tardado muchísimo en llegar, pero finalmente lo ha hecho. Ha estado en forma de un brevísimo comunicado oficial, que, además, ha sido emitido por la noche y lanza balones fuera durante unos días. La RFEF ha explicado que se ha convocado una asamblea extraordinaria con carácter de urgencia para el próximo viernes 25 de agosto a las 12:00h, que se celebrará en la sede de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Además, la Federación también asegura que se han «abierto diligencias internas referentes a asuntos de integridad, así como el resto de protocolos aplicables».
Asamblea extraordinaria en la RFEF para estudiar el caso Rubiales
Lo que se supone que se debatirá en esta asamblea son las consecuencias para Rubiales después de su espectáculo lamentable durante la ceremonia de entrega de medallas a la selección española femenina campeona del Mundo. El famoso beso forzado a Jenni Hermoso, su abuso de poder con ella y con todas las otras jugadoras, la celebración en el palco agarrándose los genitales y los insultos a todas las personas que le recriminaron estos actos han puesto a Rubiales en el punto de mira. Los medios de Madrid aseguran que él no contempla la opción de dimitir. Lo único que ha hecho ha estado publicar un video de disculpas, con más excusas que otra cosa. Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, le ha exigido «más pasos» y gran parte del mundo del fútbol le pide la dimisión.

Hay que recordar que, según los protocolos internos de la RFEF contra la violencia machista, un «beso forzado» constituye un agravio considerable. La Federación está también en el punto de mira, porque, según afirma Relevo, falseó unas declaraciones de Jenni Hermoso donde decía que había sido un gesto «mutuo» para dejar entrever cierto consentimiento o reciprocidad. En gran parte, Rubiales depende de la jugadora, que, siempre según Relevo, ya se negó a aparecer en el video de disculpas junto al presidente de la RFEF. Él se aferra al cargo, pero está claro que tienen que pasar más cosas y que no podrá sobrevivir a este incendio sin hacer nada más.