Era una trampa para el mejor entrenador del mundo. Pep Guardiola tenía un precedente suficiente como para inquietarse en la previa del enfrentamiento entre su Manchester City y el Atlético de Madrid. Aquella inexplicable eliminación de su Bayern en manos de los colchoneros todavía sobrevuela su mente. Y ayer, el Cholo Simeone se volvió a poner su tradicional disfraz kafkiano de araña y trazó una telaraña ante su portería infranqueable. Así fue hasta que dos amantis, Phil Foden y Kevin de Bruyne, conectaron y la destrozaron. Los dos pupilos de Guardiola abrieron la lata más dura de todas y pusieron a la araña rojiblanca con cuatro de sus ocho patas fuera de la Champions (1-0).
Embotellamiento citizen al principio…
La contienda empezó tal y como se preveía. El Atlético de Madrid trazó la telaraña y el Manchester City intentó romperla. Dominó la primera mitad de los pies a la cabeza el equipo de Guardiola. Como lo hacía su Barça, con la diferencia de que faltaba lo más importante. El City tenía el dominio, pero ninguna imaginación. Basculaba la pelota de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Y esto era puro caviar para el Atlético de Madrid. Los ingleses llegaban al balcón del área y, frente a la muralla visitante, se bloqueaban. Les costaba terminar las jugadas. Actuar sin un delantero puro es muy bonito para la vista, pero a veces excesivamente inofensivo. Y ayer estaba siendo una de esas veces.
El equipo madrileño estaba encantado con la circunstancia. Si Simeone pudiera escoger, jugaría las eliminatorias a partido único. Le sobran las idas. Sale más a no perder que a ganar y, mucho menos, sentenciar. Y más teniendo en cuenta que la vuelta será en su Metropolitano. Pero por si acaso, por si sonaba la flauta, estaban João Félix y Antoine Griezmann. El primero lo hizo todo bien, pero estaba demasiado solo. Ambos hombres eran los desahogos de un equipo sumido en su propia área. A la contra, buscaban el error citizen. Pero esto es cosa del pasado. El City ha aprendido a base de errores y ahora es un señor equipo. Un mayor de edad responsable.
Los veintidós protagonistas se fueron a los vestuarios en el descanso tal y como iniciaron el partido: con 0-0 en el marcador y con ningún remate a portería. Cinco disparos de los de Guardiola, pero sin puntería alguna. Y en la reanudación, mismo guión. Sólo un buen lanzamiento de falta de Kevin de Bruyne inquietó a Oblak. La viuda rojiblanca lo solucionó con muchos reflejos. En dos tiempos: primero con las manos y, justo cuando llegaban los mancunianos a robarle el balón, rechazándola con el pie.
Mientras transcurrían los minutos, el Atlético de Madrid iba perdiendo su síndrome del impostor. Consciente del poco daño que hacía su contrincante, se creció. También Simeone, que realizó un triple cambio de tintes ofensivos. Y esto abrió, un poco, el partido. Y eso lo aprovechó, mucho, Pep Guardiola.
Pero mientras transcurrían los minutos, el Atlético de Madrid iba perdiendo su síndrome del impostor. Consciente del poco daño que hacía su contrincante, se ha crecido. También Simeone, que ha realizado un triple cambio de tinte ofensivo. Y esto ha abierto, un poco, el partido. Y eso lo ha aprovechado, mucho, Pep Guardiola.
… hasta que Phil Foden ha entrado y lo ha cambiado todo
El entrenador catalán también se apuntó a las modificaciones, e hizo una trascendental. Phil Foden sustituyó a Riyad Mahrez y lo cambió todo en sólo dos minutos. El joven talento inglés supo bailar entre tarántulas, y deslumbró a propios e impropios. Con un poco de espacios y ante la crecida ambición madrileña, sirvió una pelota de oro en Kevin de Bruyne, al espacio. Y el belga rompió definitivamente la telaraña. Batió con un disparo cruzado a Oblak. 1-0, y escenario completamente distinto.
Para el City, pero no para el Atlético. Porque los españoles se plantaron. Conscientes del poder que tienen en casa, con la afición más pasional, cerraron la mochila y se dejaron los deberes para la vuelta. No se volvieron locos. De hecho, probablemente en la previa firmaban ese resultado.
Al fin y al cabo, y analizado a posteriori, ese 1-0 no es tan malo. Han jugado en casa del líder inglés, y del mejor técnico del mundo. La vuelta será el día de la tesis doctoral para un City dominador en casi todas las facetas, que deberá seguir siendo fiel a sí mismo y demostrar carácter en el infierno español. Defenderá un resultado favorable pero engañoso. See you next week!