El Barça de Xavi Hernández ha batido un récord histórico negativo: se ha convertido en el primer equipo azulgrana que acumula hasta tres derrotas consecutivas en el Camp Nou. La primera fue en la noche trágica en que los aficionados alemanes del Eintracht de Frankfurt invadieron el estadio, la segunda contra el Cádiz y la tercera contra el Rayo Vallecano. En esta última ocasión, se ha podido ver a un equipo triste, apagado, sin ideas y sin rumbo, cosa que supone una novedad desde que ha llegado Xavi, puesto que hasta ahora los azulgranas tenían claro a que tenían que jugar, les saliera mejor o peor.
Frenkie de Jong, el gran señalado
En este sentido, uno de los grandes problemas del equipo catalán ha sido que les ha estado prácticamente imposible hacer pasar las jugadas a través de los centrocampistas. La presión del Rayo a Sergio Busquets ha sido muy efectiva y Frenkie de Jong no ha sido capaz de ayudarle y asumir el liderazgo que se le exige en un partido de estas características. No solo esto, sino que el centrocampista neerlandés ha cometido varios errores totalmente incomprensibles de un futbolista de su categoría y ha perdido una infinidad de balones. Cuando Xavi le ha sustituido, se ha marchado enfadado, con gestos de rabia y una mirada desafiante a su entrenador, cosa que lo ha convertido en el gran señalado.
No se salva casi ningún jugador del Barça
Ahora bien, si la actuación de Frenkie ha sido desastrosa, se tiene que decir que no ha sido el único. Ferran Torres, que al principio jugaba de narices y solo se echaba de menos el acierto de cara a portería, arrastra una racha de juego desastrosa, del mismo modo que Ousmane Dembélé y Pierre-Emerick Aubameyang tampoco han generado ningún tipo de peligro. Sergiño Dest, que fue capaz de hacer algún paso adelante desde la llegada de Xavi, ha tenido que ser sustituido a la media parte. Por su parte, Eric Garcia tampoco ha estado nada solvente en defensa. De hecho, se puede considerar que el único jugador que se salva es Gavi, quien ha hecho un esfuerzo monumental a pesar de su juventud.