Es cierto que el Rayo Vallecano ha tenido una actitud absolutamente antideportiva en el Camp Nou y que el árbitro, Isidro Díaz de Mera, ha sido una vergüenza absoluta. Los madrileños se han encontrado con un gol muy tempranero y a partir de aquí han perdido tiempo de forma descarada con la permisividad absoluta del colegiado. Ahora bien, esto no justifica el juego del Barça de Xavi Hernández, que ya hace semanas que no levanta cabeza. Hay un dato que lo dice todo: esta derrota contra el Rayo (0-1) supone la primera vez en la historia del club que se pierden tres partidos consecutivos a casa. Las sensaciones del final de temporada no pueden ser peores.
El Barça regala un gol al Rayo que condiciona todo el partido
El Barça ha vuelto a salir dormido sobre el terreno de juego y lo ha pagado muy caro. A pesar del once de gala culé al césped, el Rayo ha aprovechado la primera ocasión que ha tenido y para adentro. Álvaro García ha recibido una pelota en el interior del área gracias a la pasividad defensiva de los azulgranas, ha obviado a la perfección la cobertura de Sergiño Dest y ha batido Ter Stegen por su mismo palo. Así pues, el rival se ha vuelto a avanzar rápidamente en un partido y los de Xavi han tenido que remar a contracorriente contra un equipo que ha perdido tiempo desde el minuto siete.
El gol en contra, pero, no le ha servido al Barça para despertar, antes al contrario. Durante un buen puñado de minutos se ha visto un equipo apagado, sin ideas, con muchas imprecisiones y ninguna posibilidad de encontrar los centrocampistas para hacer funcionar el juego. Esta vez, ni la inspiración de Ousmane Dembélé ha servido para generar ocasiones de peligro. La primera mitad de Frenkie de Jong ha estado terrible, puesto que se ha equivocado en casi todas las jugadas que ha intentado.
En la recta final del primer tiempo han llegado las únicas oportunidades por parte del Barça. Pierre-Emerick Aubameyang no ha sabido aprovechar un pase de la muerte en el interior del área, un chut de Jordi Alba desde la frontal del área ha marchado frotando el palo y Gavi ha enviado una pelota muerta al larguero después de un córner. Las sensaciones al final de los cuarenta y cinco minutos iniciales han estado malas, así que Xavi ha hecho un cambio significativo y ha hecho entrar Clément Lenglet por Dest, quien no ha estado nada bien.
El Rayo no deja que se juegue a fútbol y el árbitro lo tolera
Malgrat la charla del descanso y las modificaciones tácticas, la actitud del Barça a la reanudación ha estado exactamente la misma. Han tenido que pasar hasta once minutos para ver una llegada de los azulgranas al área rival. El cierto es que ha sido una buena ocasión, puesto que Jordi Alba se ha encontrado sol en la frontal del área y su remate ha marchado muy cerca del palo, rechazada por un jugador del Rayo. Más allá de esto, nada de nada, así que Xavi ha hecho entrar Nico González y Memphis Depay, que han entrado por De Jong y Ferran, los cuales han hecho un partido nefasto.
Si el Barça no ha encontrado el ritmo en ningún momento del duelo, la combinación Rayo-Díaz de Mera lo ha empeorado todo. Las pérdidas de tiempos de los madrileños han estado absurdas y surrealistas y el árbitro no ha hecho nada de nada para impedirlo. Las asistencias médicas han entrado constantemente por supuestas lesiones totalmente inventadas, puesto que los jugadores del Rayo se recuperaban de forma milagrosa. Además, el portero, Stole Dimitrievski, puede haber llegado a ganar más de cinco minutos alargando sus servicios y no ha visto ni la tarjeta amarilla.
Todo esto ha conducido el partido en su recta final y el Barça ha tenido las oportunidades más claras. Poco antes del minuto cuarenta y cinco, Gavi ha recibido una pelota en una muy buena posición en el interior del área y, cuando se disponía a chutar, ha sufrido un penalti clarísimo, que el árbitro no ha visto o no ha querido ver. El VAR no ha entrado al tratarse de una acción interpretativa. Al tiempo añadido, que a pesar de ser de once minutos ha parecido muy escaso, Adama Traoré ha estado a punto de marcar con una gran acción individual, pero más allá de esto, más antideportividad del Rayo y una respuesta arbitral insultante. En la última del partido, la defensa del Rayo ha sacado a la línea de gol el que habría sido el empate de Dembélé. La mezcla del mal juego del Barça, la antideportividad de los madrileños y la mala actuación arbitral han provocado una noche triste y vergonzosa en el Camp Nou.
