El Fútbol Club Barcelona no deja de pisar el acelerador a Europa porque su ambición es tan grande como su buen fútbol. Después de una ida donde las culés estuvieron a punto de llevarse un buen susto, la vuelta ha sido caracterizada por la dominación de las locales -no sin emoción-, que también contaban con el impulso que el Estadio Johan Cruyff siempre ofrece durante las grandes citas. El Barça ha asediado constantemente la portería del Brann noruego para sellar una victoria por 3-1 que da por sexta vez consecutiva la clasificación para las semifinales de la Champions League, donde se enfrentará al Chelsea inglés. Una vez más, Aitana Bonmatí ha sido una de las grandes protagonistas del partido gracias a un gol que, más allá de recordar por qué es la vigente ganadora del Balón de Oro, reivindica que es una especialista en la hora de normalizar la excelencia.
El entrenador azulgrana, Jonatan Giráldez, optó para hacer cambios para la vuelta. Ona Batlle no fue titular porque está apercibida, mientras Patrio Guijarro y Salma Paralluelo vieron el inicio del partido desde el banquillo por decisión técnica. Esto implicó un movimiento de alto valor emocional para la afición azulgrana: la titularidad de Alexia Putellas en unos cuartos de final de la Champions League. Pero más allá de la capitana, dice mucho de la calidad de un plantel cuando la sustituta de Patrio es Keira Walsh. «Tiene un nivel técnico excepcional y es de aquellas jugadoras que con dos o tres palabras ya sabe qué tiene que hacer y entiende el porqué de las cosas», aseguró Giráldez en la rueda de prensa previa al partido. La inglesa demostró cada una de las palabras de su técnico. Desde el silbato inicial, el Barça asedió constantemente el área rival.
El Barça asedia constantemente la portería del Brann
Al principio, el Brann fueron valiente, buscando el peligro a través de las transiciones. Pero el Barça fue superior constantemente gracias a su dominio de la pelota con Walsh, Alexia y Aitana, jugando el tipo de fútbol que se espera a la capital catalana. Las ocasiones caían al Johan Cruyff como si se tratara de flores floreciendo en la primavera. Pero el más importante es que las culés no tienen el gol como objetivo final, sino que es consecuencia de la meta de verdad: ganar todos los títulos con el nivel más alto. Las noruegas se vieron forzadas a jugar en largo y es aquí donde apareció el primer gol de las de Giráldez. Escribe Sergio V. Jodar a
Las culés no tenían la voluntad que pasara el mismo que a la ida y la tónica fue la misma a la segunda parte. Caroline Graham Hansen demostró que es una jugadora de contrastes, porque toda la indiferencia que le generan los premios individuales la combina con talento y determinación sobre el césped. En una jugada ‘clásica’ para ella, no necesitó espacio para superar la defiende rival desde su banda derecha. Un golpe en el área pequeña, hizo una centrada que las noruegas no rechazaron bien, hecho que Fridolina Rölfo aprovechó para marcar el segundo gol de la noche al 56′. Una gran cabalgata de Signo Gaupset acabó en gol de Tomine Svendheim, que salió desde el banquillo, con un chut difícil para Cata Coll, que después sí que hizo paradas determinantes. El Barça dominaba, pero lo Brann se negó a dar el partido por muerte. Finalmente, pero, Graham Hansen repitió ‘su’ jugada y, después de un chut malo de Aitana Bonmatí, Patri lo aprovechó para poner el 3-1 a dos minutos del final. Para otros equipos, el penalti no señalado por manos al final de la primera parte habría sido el problema principal del partido. Pero para el conjunto de Giráldez, el hecho grave es tener que esperar a la Champions para encontrar competitividad, como la de estos cuartos de final, de forma regular.