Johan Cruyff llegó al Fútbol Club Barcelona en un movimiento que revolucionó el fútbol mundial y que cambió para siempre la historia del Barça. De este fichaje se han escrito ríos de tinta, lo que demuestra la trascendencia que tuvo y que todavía tiene, tal como refleja el comunicador y escritor Ramon M. Piqué (Lleida, 1980) en su libro El contracte. Con el subtítulo de la obra, Cruyff, Carabén, Catalunya, ya se puede ver por dónde van los tiros. Cruyff es el punto de partida para hablar de muchas otras cosas, como la figura de Armand Carabén y su importancia en el fichaje del neerlandés y en el Barça en general, así como del impacto de este futbolista en nuestro país, Catalunya, y en la sociedad catalana.
Sobre la figura de Cruyff y su llegada al Barça se ha hablado mucho. Se han hecho libros, reportajes, documentales… ¿por qué decidiste tratar este tema? ¿Cuál es el punto de vista diferencial que aporta El contracte?
El subtítulo del libro es Cruyff, Carabén, Catalunya y es como una escala, una gradación. Se empieza por Cruyff, que es una figura muy importante del Barça y del fútbol mundial, pero es una excusa para terminar hablando de un tema que me interesa mucho, que es Catalunya y cómo somos los catalanes y cómo nos ha impactado el fichaje de Cruyff. En el medio está Carabén, que es quien conecta estos dos polos y quien fue capaz de proyectar Catalunya al mundo con su manera de hacer y de ser y, especialmente, con la llegada de Cruyff al Barça. Hasta ahora se ha hablado mucho del fichaje de Cruyff, de lo complicado que fue, etcétera, pero yo me centro más en el factor humano, en la relación entre los Cruyff y los Carabén, Armand y su esposa, Marjolin, y la importancia de estos últimos para que todo saliera bien, ya que en Catalunya estas cosas no suelen salir bien. También hablo del poder de los catalanes, de qué somos capaces de hacer como país cuando nos lo tomamos en serio.
¿Crees que coinciden los momentos en los que Catalunya ha reivindicado más sus derechos y libertades con los momentos en los que el Barça ha obtenido éxitos deportivos?
Depende. Durante el Barça de Guardiola, el país estaba sumido en una crisis económica galopante. Nacionalmente, sí que hubo el despertar del independentismo, pero no sé si hay una relación directa. El Barça también ha ido bien en épocas que en Catalunya nos ha ido muy mal. Lo que sí es muy importante es que el Barça vaya bien, porque a los catalanes nos infunde una manera de ver las cosas más positiva. Nos hace ver que también podemos ganar. Esto, sin embargo, siempre coincide en momentos en que el cruyffismo ha dominado el club, en el terreno de juego, en el banquillo y en los despachos.

Por lo tanto, ¿fijarnos en Cruyff es aprender a creernos que también podemos ganar?
Sí. La desinhibición es uno de los temas principales del libro. En este sentido, Carabén es muy importante porque es capaz de dialogar con el mundo sin complejos. Es esta Catalunya que habla directamente al mundo. Es una persona moderna y cosmopolita. Tiene una visión del mundo que hace que no tenga que pedir permiso. No tiene que ir a Madrid para sentirse acreditado. Es alguien que es capaz de relacionar Cruyff con Catalunya. Cuando trajo a Cruyff al Barça, elevó el club a un nivel que no había tenido nunca. Era un club grande, pero tenía más solera que títulos. El Cruyff nos catapulta a una nueva dimensión internacional.
En el libro destacas mucho la figura de Armand Carabén. Ahora, su hijo David ha sido el comisionado del 125º aniversario del club. ¿Cuál es la importancia de este gesto?
Es especialmente importante, porque Armand entró al Barça, entre otras cosas, con una intención muy clara: organizar la celebración del 75º aniversario del club. Su ilusión era preparar los actos y lo hizo en un momento muy importante, cuando la dictadura de Franco estaba acabando. Trajo a Cruyff, hizo una lectura desinhibida del catalanismo desde el club después de muchos años de directivas que habían tenido mucha connivencia con el franquismo y reconectó el Barça con la intelectualidad catalana de la época: el cartel de Miró, el Cant del Barça de Espinàs, entre otros, la vinculación de Francesc Sany… Es un detalle de mucha calidad humana nombrar a su hijo como comisionado del 125º aniversario. Es un homenaje al padre y David ha hecho lo mismo que él, ha modernizado esta vinculación del club con Catalunya. Son gente que nos viste de etiqueta y nos presenta al mundo.

Comienzas el libro hablando del momento en que la directiva de Sandro Rosell llegó a la presidencia del Barça y puso en duda la condición de presidente de honor que Joan Laporta había dado a Cruyff. Él, enfadado, devolvió la insignia que lo acreditaba como tal antes de que se la retiraran. ¿Qué relación hay entre estas directivas menos catalanistas y su rechazo a la figura de Cruyff?
Hay una diferencia muy grande entre servir al Barça y servirse del Barça. Esto se puede aplicar a muchas instituciones de este país. Servir a Catalunya o servirse de Catalunya. Esto se manifiesta en gestos como este de la insignia de Cruyff como presidente de honor. Es muy diferente querer presidir el Barça porque amas al Barça o querer presidir el Barça porque crees que te toca presidir el Barça. De esto último se llama establishment y este establishment casi siempre lo ha controlado todo. Pero las veces que esto no ha pasado, como por ejemplo con Laporta o Carabén, ha habido como esta especie de grieta en la matriz. Pueden tener relaciones con el poder o venir de buenas familias, pero no son establishment. Si miras la historia del Barça, siempre hay una dicotomía entre quien ha querido servir al club y quien ha querido servirse de él.
El gran símbolo de los éxitos deportivos del Cruyff jugador fue el 0-5 al Real Madrid, justo al final de la dictadura, que supuso también una victoria moral de Catalunya contra España. ¿Cómo se relacionan los éxitos deportivos de Cruyff y del Barça con el sentimiento de los catalanes?
Él cuando llega aquí entiende muy bien a dónde llega, porque los Carabén le saben explicar: que Catalunya es un país donde se habla una lengua diferente al castellano y que el Barça es más que un club por todo lo que representa. Cruyff, sin embargo, tenía una mentalidad positiva, de pasarlo bien, como jugador, como entrenador y como persona. También tenía un principio vital que dice que si tú quieres hacer algo, pues lo haces. Es la primera ley no escrita del cruyffismo. Por eso, no solo en el 0-5, sino que también en todos sus éxitos en el Barça, él los consiguió porque creía en ellos, porque pensaba: «¿Quién me lo va a impedir?».
¿Y si los catalanes éramos (y somos) tanto de esta manera, cómo fue capaz él de contagiar su mentalidad a los culés de una manera tan rápida?
Cruyff llegó a Barcelona como una estrella del rock. Por el aspecto, cómo vestía… Él era un icono. Esto se transmite muchísimo. Tenía un aura espectacular. También era un gran competidor y un ganador y esto es algo que a los catalanes nos admira mucho, porque históricamente nosotros nos hemos recreado mucho en la derrota. Cruyff nos ayudó a hacer cuentas con gente que nos había derrotado. No es que Cruyff fuera independentista, pero se implicó, porque era un demócrata y sabía a dónde llegaba. Cuando vio que estaba en un club tan grande y con un estadio increíble, aportó su mentalidad ganadora y competidora, porque vio que estaba en un lugar donde podría construir algo. Entonces, cambió el clásico hoy sufriremos de los culés, por su salgan y disfruten.

Me gustaría hacer un ejercicio de historia-ficción y pensar cómo habría sido sin Cruyff. ¿Qué se habrían perdido los culés si Carabén no lo hubiera conseguido traer al club?
Animo a todos los lectores a hacer este ejercicio, que tomen un papel y un lápiz y que intenten anotar todo lo que no habría pasado o que habría sido diferente sin Cruyff: no habría el 0-5, la canción de la Trinca, la Liga de 1974; no habría venido como entrenador, no habríamos tenido el Dream Team, nos habríamos perdido la Copa de Europa de Wembley de 1992; ¿habría debutado Guardiola?, ¿La Masia tendría la eclosión que tuvo con Cruyff?; Guardiola no habría sido el entrenador que ha sido, con las ideas cruyffistas que lo han marcado, por tanto, Leo Messi tampoco habría sido el jugador que ha sido… los catalanes y el mundo nos habríamos perdido muchas cosas. Por eso me gusta decir algo un poco bestia, pero que pienso, que es que Cruyff es una especie de segundo fundador del Barça. Hay un antes y un después de Cruyff, es la figura más impactante de la historia del fútbol.
¿Y los catalanes qué nos habríamos perdido sin Cruyff?
Los catalanes somos unos flipados del cómo. El manifiesto del 125º aniversario del Barça de David Carabén lo deja claro: queremos la pelota. El problema es que hay veces que sabemos cómo queremos las cosas, pero no para qué las queremos. Queremos la pelota para marcar gol, esto Cruyff lo tenía clarísimo. Por eso necesitamos este carácter ganador. No sé si se puede relacionar directamente el cruyffismo con el Proceso independentista, pero sí sé que la actitud que nos enseñó Cruyff, si nos fijáramos y aprendiéramos algo, nos iría bien de cara al futuro. Cuando juegas a empatar, sueles perder. Hay que jugar a ganar, que es lo que siempre nos intentó enseñar Cruyff.