Joan Laporta ha dado el paso que muchos culés estaban esperando: alejar definitivamente al Fútbol Club Barcelona del proyecto de la Superliga y abrir la puerta a la reconciliación con la UEFA y con la nueva European Football Clubs (EFC), la antigua ECA. El presidente blaugrana ha estado en las últimas horas en Roma, invitado por Nasser Al-Khelaifi -presidente del PSG-, en un acto de esta entidad. Su presencia en el lujoso Hotel Cavalieri ha dejado un mensaje muy claro: Laporta quiere romper definitivamente con la Superliga de Florentino Pérez y volver a la estructura institucional de la UEFA. “Queremos que haya un acuerdo y volver a la UEFA. Estamos por el diálogo y por tender puentes tanto con Nasser como con Ceferin -presidente de la UEFA-”, ha asegurado en declaraciones posteriores. Sus palabras suenan como una ruptura clara con Florentino, que ve cómo su último aliado gira claramente el timón.
Laporta se desvincula claramente de la Superliga
La jornada ha estado marcada por los gestos y la cordialidad. El abrazo de Al-Khelaifi a Laporta en el momento de reencontrarse, con sonrisas y complicidades, ha sorprendido a muchos dirigentes europeos, que entendían que la relación rota entre ambos por una batalla de poder que había enfrentado a Barça y PSG era irreconciliable. También Aleksander Ceferin ha participado de esta escenografía, con conversaciones distendidas con Laporta que contrastan con los momentos de tensión pasados. Para el presidente del Barça, la prioridad ahora es volver a situar al club en un entorno de normalidad y reforzar su posición internacional tras unos años marcados por la confrontación y la inestabilidad. No ha habido comunicados oficiales, pero la imagen de Laporta compartiendo espacios con Al-Khelaifi y Ceferin vale más que cualquier declaración escrita. De hecho, en el pasado enfrentamiento de Champions entre Barça y PSG de hace solo una semana ya se pudieron ver momentos muy similares entre ellos tres.

El movimiento llega en un momento clave para el Barça, que además de reforzarse económicamente quiere recuperar estabilidad deportiva. Laporta ha aprovechado para sacar pecho de los últimos resultados financieros positivos y para reafirmar su confianza tanto en Hansi Flick como en Deco, recordando que el equipo sigue siendo competitivo a pesar de las lesiones y algunos malos resultados recientes. También ha hecho referencia al retorno inminente al Spotify Camp Nou y ha dedicado unas palabras de elogio a Lamine Yamal, a quien considera “un genio” que hay que cuidar. Pero el foco del viaje a Roma ha sido otro: el Barça se ha desmarcado de Florentino y de la Superliga y ha iniciado la reconciliación con la UEFA. El proyecto del presidente merengue está tocado de muerte.