35.224 culés han llenado más de la mitad de la capacidad del Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuic en el primer partido que ha disputado el Fútbol Club Barcelona como local en la que será su nueva casa hasta, como mínimo, noviembre de 2024. A pesar de que se trataba de un partido amistoso contra el Tottenham Hotspur correspondiente al Trofeo Joan Gamper, la imagen que ha mostrado el estadio ha sido bastante buena. Ahora bien, también se tiene que tener en cuenta que en los últimos Gampers la respuesta de la afición culé había sido sensacional, alrededor de los 90.000 espectadores, así que las 15.000 sillas que han quedado libres en Montjuic son una asignatura pendiente para el club, que quiere estar siempre cerca de los 50.000 asientos ocupados, es decir, la capacidad máxima de la grada.
El Barça necesita llenar el Estadio Olímpico Lluís Companys cada partido
En este sentido, las previsiones de cara al inicio de temporada no son especialmente esperanzadoras. El número de socios abonados en el Camp Nou que han renovado su abono para Montjuic no llega ni a los 20.000, así que el Barça tendrá el objetivo de vender más de 30.000 entradas por partido. En el clásico o en duelos de la UEFA Champions League no será un gran problema, pero contra rivales de menor entidad, como por ejemplo el Cádiz en la segunda jornada de Liga, costará mucho más. La situación económica del Barça es preocupante, así que cada entrada vendida será importante para el club. Además, también han llegado quejas desde la Grada de Animación, que ha alertado que el Barça ha reducido drásticamente el número de personas que pueden ir en comparación con el Camp Nou, y en las últimas horas el club todavía ha pedido más restricciones.

Aun así, hay algunos hechos que invitan al optimismo. Por ejemplo, después de este primer test en el Gamper, los culés han salido satisfechos en líneas generales del acceso a Montjuic, cosa que era una de las mayores preocupaciones de la afición. La llegada, con transporte público o a pie, se ha producido de forma óptima. Además, el Barça también le ha hecho un buen lavado de cara al estadio, cosa que facilita que los culés se sientan más como en casa. Las entradas, sin embargo, continúan siendo muy caras, así que a la hora de la verdad lo más importante para venderlas será lo de siempre: que el equipo juegue bien y enganche.