El Fútbol Club Barcelona ha vuelto a sufrir un revés en los tribunales. El Juzgado de Primera Instancia número 47 de Barcelona ha denegado la cautelar a la entidad azulgrana para poder inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor hasta el 30 de junio de 2025. Así pues, los dos jugadores, por ahora, solo están inscritos hasta el 31 de diciembre, por lo que el Barça tiene poco más de un día para resolver la situación y evitar que el mediocampista de Terrassa y el delantero santcugatense se queden sin poder jugar el resto del curso, ya que no podrían volver a ser inscritos con el mismo equipo a partir del 1 de enero. Por lo tanto, el club deberá activar el plan B, es decir, una nueva palanca, que es la venta de los asientos VIP del nuevo Spotify Camp Nou por 100 millones de euros.
El juez vuelve a denegar la cautelar al Barça para inscribir a Olmo y Víctor
El Barça ya había perdido la primera opción el pasado viernes, cuando el juez Ignacio Fernández de Senespleda, del Juzgado Mercantil número 10 de Barcelona, denegó la cautelar, dando por buenos los argumentos de LaLiga, que estaba en contra de permitir la inscripción. El club no se dio por vencido y acudió este lunes a los tribunales de nuevo para ver si en este último caso tenía suerte, pero después de la vista oral, el juez también ha rechazado la petición de la entidad azulgrana de dar la cautelar para que los dos futbolistas azulgranas pudieran ser inscritos de nuevo.
Ahora, se tendrá que trabajar a contrarreloj, con poco más de 24 horas por delante, para evitar una tragedia sin precedentes, ya que el gran fichaje del pasado verano, Dani Olmo, podría quedar libre por una cláusula en su contrato si no puede ser inscrito a tiempo. La fecha límite que tiene el Barça es hasta este martes 31 de diciembre a las 23:59, pero desde el conjunto azulgrana confían en llegar a tiempo. El club ya ha enviado a LaLiga los documentos de la venta de los asientos VIP del nuevo estadio y, si todo está conforme, deberían permitir la inscripción de los dos jugadores, tanto del mediocampista de Terrassa como de Pau Víctor. Si finalmente el organismo del fútbol español no diera el visto bueno a la operación, solo quedarían los avales de algunos directivos, pero es una opción que tiene muchos detractores dentro de la junta directiva por el hecho de tener que arriesgar el patrimonio personal.
