El Fútbol Club Barcelona ha confirmado el enésimo desastre de Josep Maria Bartomeu en su etapa como presidente del club. La entidad azulgrana ha llegado a un acuerdo con Gustavo Maia para la desvinculación del brasileño, que tenía contrato hasta el 30 de junio del 2025. Maia llegó en 2020 al Barça Atlètic procedente del Sao Paulo a cambio de 4,5 millones de euros, y después de jugar solo ocho partidos con el filial, se fue cedido un año y medio al Internacional de Porto Alegre de su país, hasta diciembre del 2022. A continuación, fue otra vez cedido, en este caso al Valencia Mestalla, de la Segunda Federación.
Ahora, el atacante brasileño continuará su carrera en el Vila Nueva FC, de la Segunda División del Brasil. Así, se consume otra ruina económica para el club, después de haber pagado 4,5 millones de euros por un jugador que, apenas, ha jugado con el Barça Atlètic, y ni siquiera ha pisado el primer equipo. De hecho, los técnicos del filial ya descubrieron sus limitaciones futbolísticas pocos días después de aterrizar en Barcelona. El de Gustavo Maia fue uno de los últimos fichajes de Bartomeu antes de dejar la presidencia del club.
Un caso parecido al de Matheus Fernandes
Otro caso surrealista y que el Barça tuvo que heredar de la etapa de Bartomeu fue el del jugador brasileño Matheus Fernandes. El centrocampista llegó procedente del Palmeiras a cambio de 7 millones de euros, justo unos meses antes del fichaje de Gustavo Maia. Aun así, el jugador brasileño no fue ni siquiera presentado y tuvo una etapa testimonial en el club, después de haberlo cedido. Cuando la junta directiva de Joan Laporta llegó al club, no les tembló el pulso y rescindieron unilateralmente el contrato del jugador, al considerar que el futbolista no reunía las características y el nivel necesarios para formar parte del equipo. A pesar de esto, una sentencia judicial meses después obligó al Barça a indemnizar Matheus Fernandes con 8,5 millones de euros por un despido improcedente.