El entrenador del Espanyol, Manolo González, ha vivido una situación inesperada y polémica durante la rueda de prensa posterior a la derrota de su equipo contra la UD Las Palmas. Todo comenzó cuando un periodista de Televisión Española Canarias hizo un comentario que fue interpretado como catalanófobo después de que no entendiera una respuesta hecha en catalán.
Durante la intervención, González, que respondió en catalán a varias preguntas, quiso aclarar si el periodista había entendido correctamente su respuesta. La réplica de este fue contundente: «No, gracias a Dios», un comentario que generó incomodidad y que rápidamente se vio envuelto en polémica.
«No, gracias a Dios», una frase que ha generado debate sobre el respeto a la lengua catalana
La situación ha hecho que muchos señalen la falta de respeto hacia el catalán, una lengua cooficial y presente en el mundo del fútbol, especialmente en clubes catalanes como el Espanyol. En las redes sociales, este incidente ya ha comenzado a generar debate entre los aficionados, que piden un posicionamiento del club y también de las instituciones futbolísticas para evitar que se repitan situaciones similares. En cuanto al partido, el Espanyol no ha conseguido sumar puntos y continúa en zona de descenso, cerrando el año con una dinámica negativa. González, a pesar de la derrota, defendió el juego de su equipo: «El equipo no mereció perder, si alguien merecía ganar, éramos nosotros», aseguró el técnico.
El gallego también lamentó las ocasiones falladas y algunas decisiones arbitrales que considera injustas: «Cada año es lo mismo. Hay cosas que no son normales y alguien del club debería decir algo», añadió, visiblemente molesto. A pesar del momento complicado, el entrenador quiso destacar el buen papel de jugadores como Edu Expósito, que aportó «criterio, pausa y capacidad de juego». González confía en que el grupo aprovechará el descanso navideño para recuperarse y recuperar la confianza necesaria para afrontar la segunda parte de la temporada con garantías.
Este episodio pone de manifiesto no solo la tensión en el terreno de juego, sino también el papel que juega la diversidad cultural y lingüística en el mundo del deporte. Habrá que ver si esta polémica genera consecuencias más allá del ámbito deportivo.

