Este domingo se celebra la Asamblea General Ordinaria del Fútbol Club Barcelona. Es un evento que se convoca anualmente para ratificar la labor de la junta directiva de la entidad blaugrana. En esta ocasión, no hay elementos a votación extraordinarios a destacar, así que la aprobación del cierre delejercicio económico de la temporada 2024-2025 y los presupuestos de este curso 2025-2026 son los puntos más relevantes de este año. No obstante, esta Asamblea sí es especial por un hecho: es la última antes de las próximas elecciones a la presidencia del Barça, que Laporta deberá convocar para algún fin de semana de 2026, presumiblemente una vez haya terminado la temporada.
La oposición a Laporta: Víctor Font, Joan Camprubí Montal, Marc Ciria…
Por ello, no es casualidad que durante toda esta semana la oposición a Laporta haya hecho movimientos significativos. Poco a poco, se va conformando el espectro de precandidaturas que podrían existir de cara a los próximos comicios. Sin lugar a dudas, el nombre más destacado es el de Víctor Font, que ya quedó segundo en las elecciones de 2021 y ha hecho oposición durante todos estos años. Aquí, sin embargo, han aparecido varios actores a tener en cuenta, como Joan Camprubí Montal, nieto de Agustí Montal; el economista Marc Ciria; o el abogado Ricard Font; sin olvidar precandidatos del pasado, como por ejemplo Xavi Vilajoana, quien formó parte de la junta directiva de Josep Maria Bartomeu, y que en los últimos días ha vuelto a aparecer en escena.

Víctor Font ha intensificado sus críticas a Laporta últimamente. Esta semana, en una entrevista con Catalunya Ràdio, ya lo acusaba de «engañar a los socios» sin titubear, y la figura de líder de la oposición parece que ya no se la quitará nadie. Aquí, sin embargo, hay que tener en cuenta también la plataforma Som un clam, encabezada por Camprubí, que lleva tiempo moviéndose. Según apunta su entorno, podría conformar una candidatura unitaria con Suma Barça, un think tank barcelonista liderado por Ricard Font y muy crítico con la gestión del actual presidente, y con la intención de sumar fuerzas con otros precandidatos, frente a una figura que de momento parece bastante fuerte como es la de Joan Laporta.
En relación con la Asamblea, sin embargo, hay que poner un especial foco en el papel de Marc Ciria. Su principal reivindicación como opositor es «detener la venta de BLM», es decir Barça Licensing & Merchandising, la sociedad del club que gestiona las tiendas y el merchandising de la entidad blaugrana. Tanto es así, que Ciria intentó añadir un punto en el orden del día de esta Asamblea para votar la revocación del permiso que se le concedió al Barça hace tres años para vender una parte minoritaria de esta filial como palanca económica. Ahora bien, las firmas que presentó Ciria no reunían los requisitos necesarios y este punto no se tratará en la Asamblea. El club, por su parte, ha dejado claro que no tiene ninguna intención de vender ningún porcentaje de BLM.

La economía del Barça, entre la recuperación y las dudas
En cualquier caso, las finanzas del club son uno de los elementos de la gestión de la junta directiva actual que más fiscalización están recibiendo por parte de la oposición. Laporta tomó las riendas del Barça en 2021 en una situación crítica y, si bien el presidente defiende que se ha «confirmado la recuperación económica» de la entidad blaugrana, personas como Ciria, Víctor Font o Camprubí Montal tienen una opinión muy diferente. Teniendo en cuenta todo esto, ¿en qué se basan todos estos opositores a Joan Laporta para justificar que el club aún no está recuperado financieramente y qué argumentos tiene a favor la actual junta directiva para defender lo contrario?
La ofensiva de Ciria cobra sentido si uno atiende a las cuentas del club, publicadas hace una semana. BLM es el gran activo económico del Barça, el único de los negocios propios que muestra no solo una proyección de crecimiento, sino un buen ritmo de negocio en los ejercicios más recientes. Tal como aparece en la liquidación económica, la rama de ropa y merchandising generó unos 170 millones de euros de ingresos, en buena medida gracias a la gestión de las ventas en línea, recuperada a raíz del último contrato de patrocinio con Nike. Se trata de un aumento del 55% en términos interanuales; y del 200% si se compara con la 2022-23, cuando la empresa volvió a manos del Barça. La iniciativa del opositor, pues, buscaba revertir el permiso para vender Barça Licensing & Merchandising que otorgaron los compromisarios a la Junta en 2022, si bien no hay ningún indicio de que Laporta y los suyos tengan intención de deshacerse de ello.
La de BLM es, además, solo una de las patas de la buena salud comercial del Barça en la 2024-2025. En total, el área facturó 473 millones de euros, 27 millones por encima del presupuesto. En el centro, un récord en los ingresos generados por patrocinios, con unos 250 millones de euros.
Los agujeros en las cuentas -algunos de ellos, profundos- son los mismos que desde hace años lastran la gestión de la junta de Joan Laporta. El más grande es todavía Barça Producciones, la sociedad que agrupa la actividad audiovisual del club, antes conocida como Barça Studios, sigue siendo un quebradero de cabeza para el presidente: hizo una valoración inicial de unos 400 millones de euros en 2022, cuando vendió cerca de la mitad de la sociedad. La firma de auditoría Crowe, actual vigilante de las cuentas del Barça, ha seguido el camino que había iniciado Grant Thornton y han ido erosionando el precio. El revés la temporada pasada fue de 65 millones de euros, que rebaja BP hasta los 178 millones. A este agujero se deben añadir unos gastos de 965 millones, más elevados de lo esperado -en buena medida, debido a las amortizaciones de fichajes de dudoso rendimiento, como los de Lenglet o Vitor Roque- y la multa de 15 millones de euros de la UEFA por el incumplimiento del Fair Play financiero. En total, el Barça perdió 17 millones de euros en la 2024-2025.
Con todo, el patrimonio neto del Barça permanece negativo, en -153 millones de euros, unos ocho millones menos que en las cuentas de la 2023-24. El club no ha cerrado un ejercicio con unos activos por encima de cero desde la 2019-2020. La clave para salir del agujero, según la dirección blaugrana, será el regreso al Camp Nou, que aún no tiene una fecha fija -y menos aún a pleno rendimiento-. Las obras del estadio han estado rodeadas de polémica últimamente, debido a la valoración negativa que Limak, la constructora turca que se está encargando, recibió en los informes técnicos del concurso de adjudicación. Ahora bien, según ha asegurado Ferran Olivé, el tesorero de la entidad, en una reciente entrevista a El Periódico, el pliego de condiciones de la carrera priorizaba el precio de la intervención por encima de otras variables. Limak, además, habría aprobado todos los apartados técnicos; si bien lo habría hecho con menos nota que las alternativas, entre las cuales destaca el consorcio de las grandes constructoras españolas FCC y Ferrovial.
La oposición aún no ha encontrado la manera de incomodar a Laporta
Sea como sea, si hay algo claro es que la campaña electoral ya ha comenzado -si es que no hace tiempo que lo ha hecho- y que esta Asamblea es un punto de inflexión simbólico a partir del cual la oposición se ha movido y ha intensificado sus quejas. De momento, sin embargo, pocas de ellas parecen haber tenido un impacto destacado en el entorno barcelonista. Hay pocos socios escandalizados con el hecho de que la Asamblea sea telemática -uno de los aspectos que más quejas han levantado- o con todo el asunto de BLM -Ciria no ha podido ni reunir las firmas necesarias para incluir este punto en el orden del día-. Por tanto, no parece que el relato de la oposición esté calando y quizá se deban encontrar otras vías para defender alternativas a Laporta.
Laporta se mantiene firme y fuerte en la opinión barcelonista. En la última encuesta que publicó el club, de hace solo tres meses, un 86% de los socios aprobaban la gestión de la actual junta directiva y hasta un 64% la consideraban notable o incluso excelente. Haber mantenido al Barça con vida en cuanto a las finanzas -con algunas luces y algunas sombras- y haberlo hecho recuperando los éxitos deportivos son argumentos que juegan a favor del presidente. Habrá que ver si aspectos como la poca politización, la falta de apoyo al pueblo palestino ante el genocidio de Israel, los malos resultados de las secciones deportivas del club o los terremotos institucionales con varias dimisiones de altos cargos merman la figura de Laporta a partir de los próximos meses.