El Fútbol Club Barcelona y el Villarreal jugarán un partido histórico el 20 de diciembre, cuando su enfrentamiento de la jornada 17 de la Liga se dispute en el Hard Rock Stadium de Miami y no en el Estadio de la Cerámica de Castellón. La UEFA ha autorizado de manera excepcional este traslado, que ha generado polémica entre aficionados y otros clubes de la competición, pero que también implica un auténtico premio económico para ambos conjuntos. Según RAC1, ambos equipos ingresarán entre cinco y seis millones de euros, con una ligera ventaja a favor del Villarreal, que verá compensada así la pérdida de ingresos de taquilla. Además, el presidente Fernando Roig ha garantizado que ningún abonado del Submarino Amarillo quedará descontento: quien desee viajar a Miami tendrá entrada y desplazamiento gratuitos, y los que no puedan asistir recibirán un reembolso del 20% del precio del carnet de temporada.
Entre cinco y seis millones por club
La decisión no ha dejado indiferente a nadie. Desde la misma AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) se ha convocado una reunión con los capitanes de todos los clubes de Primera para valorar el impacto de la medida y reiterar el malestar con Javier Tebas, principal impulsor de la operación. El presidente de LaLiga lleva años intentando exportar partidos oficiales a Estados Unidos: en 2018 ya se puso sobre la mesa, y el año pasado se estudió hacer el Barça-Atlético en Miami, pero el plan se detuvo, ya que coincidió con la DANA. Esta vez, el aval de la UEFA ha permitido que el duelo entre azulgranas y amarillos se convierta en el primero de carácter oficial de la Liga que se dispute fuera del Estado.
El movimiento, eso sí, llega rodeado de reticencias. La UEFA misma admite en un comunicado que “lamenta” tener que permitirlo y que solo se ha hecho por una laguna legal en la normativa FIFA sobre partidos internacionales, insistiendo en que no quiere que se convierta en precedente. Aun así, desde el Villarreal se ve la operación con buenos ojos. El consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, afirmaba hace unas semanas que “jugar un partido al año en Estados Unidos es positivo” y que puede ser vital para asegurar la viabilidad del club en el futuro. El Barça, por su parte, celebra unos ingresos extraordinarios que refuerzan su estrategia de crecimiento internacional. Miami se prepara, pues, para vivir un partido inesperado de la Liga entre dos equipos que, además de puntos, se juegan un negocio millonario.
