Las buenas sensaciones que había entre la afición del Real Club Deportivo Espanyol durante este verano continúan trasladándose en buen juego y buenos resultados a la realidad. Después de cuatro jornadas de Liga, los pericos se sitúan terceros en la clasificación, empatados a puntos con su máximo rival, el Fútbol Club Barcelona, y a solo dos del líder, el Real Madrid. El conjunto blanquiazul ha alcanzado este hito tras una nueva victoria, en este caso contra el Mallorca, que ha llegado en un partido que ha tenido muchísimas emociones y que ha acabado con épica (3-2).
La crónica del Espanyol-Mallorca (3-2)
En un primer momento, parecía que sería una noche plácida para el Espanyol. Los de Manolo González se adelantaron enseguida con un tanto de Pere Milla, que continúa rindiendo a un gran nivel, y ampliaron distancias poco después, con un gol de Roberto Fernández. El RCDE Stadium bullía con este 2-0 tan temprano, pero aún tenían que pasar muchas cosas. Cuando faltaba muy poco para el descanso, un penal de Pol Lozano dio una oportunidad de oro al Mallorca para reducir la desventaja en el marcador y Vedat Muriqi no falló en su cita con el gol.

En la reanudación, las cosas continuaron empeorando para el Espanyol. Pere Milla, protagonista positivo de la primera mitad, se encaró con el árbitro, lo que le costó una tarjeta roja directa. Además, cuando habían pasado veinte minutos de la segunda parte, Muriqi anotó su doblete particular para empatar el duelo. Las cosas se habían complicado mucho y Marko Dmitrovic tuvo que aguantar al equipo desde la portería. Gracias a eso, los catalanes pudieron mantener el empate, hasta el minuto 80, cuando el árbitro señaló un penal favorable a los pericos y Kike García lo envió al fondo de la portería para dar el triunfo a los locales.