Tres aficionados, uno de ellos menor de edad, han sido detenidos por la Policía Nacional tras haber proferido insultos racistas contra los jugadores del FC Barcelona Lamine Yamal, Raphinha durante el pasado Clásico en el Santiago Bernabéu, el 26 de octubre. Los acusados están siendo investigados por un presunto delito contra la integridad moral, según ha informado el Ministerio del Interior este sábado.
Los hechos ocurrieron durante la celebración del tercer gol del Barça, cuando algunos aficionados madridistas hicieron gestos simiescos y gritaron expresiones discriminatorias dirigidas a los jugadores. Estas acciones, grabadas por otros espectadores y las cámaras de televisión, se hicieron virales en las redes sociales, desencadenando una ola de indignación y condena pública.
Las imágenes de los insultos se hicieron virales, acelerando la respuesta de las autoridades y de los clubes implicados

«Los eventos no pasaron desapercibidos gracias a la viralización de las imágenes y la colaboración entre LaLiga y los servicios de seguridad del Real Madrid», explica el comunicado policial.
El Real Madrid condenó los hechos de manera inmediata y anunció medidas disciplinarias contra los responsables. Por su parte, LaLiga presentó un informe al Comité de Competición dos días después del partido, detallando que Lamine Yamal, autor del tercer gol blaugrana, fue víctima de insultos como: “mena de mierda”, “puto negro” o “puto moro”. También se registró que Raphinha, autor del cuarto gol, fue objeto de gritos racistas mientras se preparaba para lanzar un córner.
La denuncia también recoge otras agresiones verbales en el estadio. Aun así, según el informe de LaLiga, los insultos racistas no fueron generalizados ni coordinados. El director del partido incluyó también incidentes menores entre aficionados de ambos equipos.
Este incidente no es un caso aislado en el fútbol español, donde episodios similares han sido noticia recientemente. Organizaciones como el Consejo Superior de Deportes (CSD) y LaLiga han reiterado su tolerancia cero ante cualquier acto de racismo o xenofobia. Con este caso, el fútbol vuelve a quedar bajo el foco mediático por comportamientos que dañan el deporte. A la luz de estos hechos, el Real Madrid ha reafirmado su compromiso de combatir actitudes intolerantes entre sus aficionados.