El Real Madrid y el Atlético de Madrid acaban de protagonizar un derbi madrileño intenso y cargado de tensión en el Santiago Bernabéu, con un empate (1-1) que deja un sabor agridulce para los blancos y una oportunidad de oro para el Barça, que podría acercarse a la lucha por el liderato si gana su partido en Sevilla. El choque ha estado marcado por la polémica arbitral, especialmente por un penalti revisado por el VAR que adelantó a los colchoneros, y por un Madrid que reaccionó en la segunda parte gracias a Kylian Mbappé.
Un derbi encendido en el Bernabéu: polémica, goles y un empate que deja la Liga en un puño

El equipo de Diego Simeone apostó por un planteamiento conservador, cediendo la iniciativa a los de Carlo Ancelotti, pero aprovechando cualquier error para salir al contraataque. La primera polémica llegó en el minuto 23, cuando Dani Ceballos vio la amarilla por una dura entrada sobre Pablo Barrios, una acción que muchos consideraron merecedora de una sanción más severa. Pocos minutos después, el Madrid reclamó un penalti por manos de José María Giménez, pero el árbitro César Soto Grado consideró que el uruguayo tenía el brazo en posición natural.
En el minuto 30, la acción que lo cambió todo: Aurélien Tchouaméni pisó a Samu Lino dentro del área blanca. Tras unos segundos de duda, el colegiado consultó el VAR y señaló el punto de penalti. Julián Álvarez, con gran sangre fría, transformó la pena máxima con un sutil lanzamiento al estilo Panenka, haciendo enloquecer a la parroquia colchonera y dejando un Bernabéu lleno de indignación.
Después del descanso, el Madrid salió con otra cara. Rodrygo y Jude Bellingham comenzaron a generar más peligro y, solo cinco minutos después de la reanudación, llegó el empate. Tras un rechazo dentro del área, Mbappé aprovechó su velocidad y talento para marcar el 1-1 y volver a encender los ánimos en el Bernabéu.
A partir de ahí, el equipo de Ancelotti asedió la portería de Jan Oblak, pero la defensa colchonera aguantó como pudo. Vinícius Júnior, más errático de lo habitual, lo intentó sin éxito, mientras que Rodrygo y Bellingham fueron los más insistentes. Aun así, el Atlético resistió e incluso tuvo alguna opción al contraataque para llevarse el partido.
Con este empate, el Madrid ve cómo su ventaja se reduce y podría complicarse aún más si el Barça gana su próximo partido en el Sánchez Pizjuán. El Atlético de Madrid, por su parte, sigue en buena dinámica y suma otro punto valioso en el campo de su máximo rival. Un derbi de máxima tensión que mantiene la Liga completamente abierta.