El Real Madrid continúa dejándose puntos en Liga y ha perdido después de que el Villarreal de Quique Setién le haya remontado un 2-1 en contra hasta el 2-3 final. Samu Chukwueze ha sido el gran protagonista de la noche en el Bernabéu con dos golazos realmente impresionantes que han servido para consumar una remontada que les permite seguir con una dinámica extraordinaria. De este modo, si el Barça gana el derbi del lunes ante el Girona, se pondrá a 15 puntos del conjunto blanco.
Los primeros 45 minutos se han cerrado con el empate al marcador (1-1) con goles de Pau Torres en propia (15′) y un gran gol de Chukwueze con un recorte previo (39′). Solo iniciar la segunda mitad, Vinícius se ha fabricado a solas el 2-1 (48′), que parecía dejar el partido bastante terminado y encarado a favor de los locales. A pesar de todo, los de Setién no se han vencido y José Luis Morales ha hecho el empate al 71′ con incertidumbre después de un rato de revisión al VAR por posible fuera de juego. Finalmente, el empate ha subido al marcador y no solo esto, sino que el Vila-real ha remontado mediante un golazo desde fuera el área de Chukwueze, que lo ha calvat a la escuadra derecha de Courtois en el minuto 79. Un gol realmente impactante del atacante nigeriano que ha puesto el 2-3 definitivo que los groguets han visto en peligro después de que el árbitro Javier Alberola Rojas haya señalado un penalti por manos de Aïssa Mandi. No lo eran, y finalmente, el VAR ha permitido corregir el error arbitral.
Perdonan la expulsión a Tchouaméni
Nuevamente, la polémica ha vuelto a formar parte de un partido de la Liga. Aurélien Tchouaméni, centrocampista del Real Madrid, ha llegado tarde a una jugada aislada con Chukwueze, con quien ha impactado con la planta de los pies. Una imagen realmente estremecedora que Setién no podía concebir, hecho por el cual ha ido corriendo a reclamar una expulsión que no ha acabado siendo. Una decisión muy polémica, puesto que el Madrid ha ido de más a menos y podría haber marchado al descanso con manantial jugadores. La entrada del jugador francés tendría que haber supuesto su expulsión, pero todavía más flagrante ha estado qué ni siquiera haya visto la tarjeta amarilla.
