El árbitro José Luis Munuera Montero está en el centro de la polémica desde hace días. Su actuación en el partido entre el Osasuna y el Real Madrid, donde expulsó a Jude Bellingham, sumado a otras acciones polémicas, lo ha puesto en el punto de mira de todas las críticas de la entidad madrileña sobre el estamento arbitral. Además, para acabar de complicar las cosas, se ha sabido que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) investigará al colegiado andaluz por un posible conflicto de intereses, ya que es socio propietario de una empresa, Talentus Sport Speakers SL, de asesoramiento deportivo, con clientes relevantes como LaLiga, la UEFA, la misma Federación o clubes como el Atlético de Madrid y el Manchester City.
Munuera Montero, investigado por la RFEF por un posible conflicto de intereses
Por ello, está por ver si el papel que tiene en esta empresa sería compatible con el arbitraje. El Comité de Cumplimiento de la Federación deberá comprobar si estas actividades podrían ser incompatibles con el punto 9.1 del Código Normativo, que actúa “cuando las personas obligadas por esta norma (entre las cuales están los árbitros) tuvieran intereses secundarios que puedan interferir en el cumplimiento de sus obligaciones profesionales”. Aunque el contrato profesional de los árbitros habla de exclusividad, no prohíbe que estos puedan tener participaciones en otras empresas, como sería el caso.

Por lo tanto, ahora que Munuera Montero está en el punto de mira del Madrid, todos los ojos están puestos en el colegiado andaluz en un momento complicado para él tras todos los duros ataques que ha recibido por parte del madridismo. Si finalmente fuera sancionado por este posible conflicto de intereses, podría recibir una multa de hasta 100.000 euros y una inhabilitación de hasta cinco años.