El Real Madrid está muy acostumbrado a la épica en la Champions League. Los blancos han remontado al Bayern de Múnich en menos de cinco minutos al final de la segunda parte para conseguir una nueva clasificación para la final de la Copa de Europa. Los madridistas entienden mejor que cualquier otro club la idiosincrasia de la competición europea, a pesar de que algunas de sus actuaciones son como la Luna: tienen un lado oscuro. Como mínimo, controvertido. Este ha sido el caso este martes en el Santiago Bernabéu, concretamente en la última jugada de la eliminatoria para los alemanes. Matthijs de Ligt, central del Bayern, marcó un gol que hubiera significado el 2-2, pero finalmente no subió al marcador por un fuera de juego que realmente no era. El estadio del Madrid no solo acelera las pulsaciones de los jugadores locales y rivales, también de los colegiados. En este caso, de Szymon Marciniak.
Los árbitros impiden un gol legal de De Ligt por prisa en la hora de señalar el fuera de juego
En la última jugada del partido, que llegó a los trece minutos de añadido cuando originalmente los colegiados decretaron nuevo, Joshua Kimmich voz como De Ligt y Thomas Müller aprovechan una pequeña distracción de línea defensiva del Madrid. El exjugador del Ajax de Ámsterdam y Müller aprovechan el espacio que liberan Antonio Rüdiger y Ferland Mendy, jugadores del Madrid, para buscar el remate. Mendy evita que el veterano futbolista alemán consiga rematar, pero el rechazo es favorable para el central del Bayern, que chuta y marca el gol del empate. El problema reside en el hecho que los colegiados silban fuera de juego del neerlandés cuando su posición en comparación con la de Rüdiger es extremadamente justa, hasta el punto que el defensa madridista habilita la posición de su rival por la posición de su brazo.
Como Marciniak silbó muy deprisa la jugada, la acción del gol del empate quedó completamente invalidada. En el caso de querer rectificar, era imposible para los árbitros porque señalaron el fuera de juego muy pronto, un hecho que denegaba el posterior remate del central del Bayern. El cuerpo técnico del conjunto alemán enloqueció después de ver la acción, especialmente el entrenador del equipo, Thomas Tuchel, que curiosamente fue la primera figura que recibió una tarjeta amarilla al partido (prácticamente al final del enfrentamiento). Siete años atrás, el Madrid culminó una remontada contra los bávaros con dos goles donde Cristiano Ronaldo estaba en dos evidentes fueras de juego. En aquel momento no había VAR y una parte de la afición lo pedía para evitar episodios como aquel. Siete temporadas después, está más que instaurado en la Champions, pero los equipos que no visten de blanco todavía sufren los vacíos legales que genera. «El linier me pidió disculpas. Ha sido una vergüenza«, ha concluido De Ligt.
Las pesadillas empezaron a la portería del Bayern
A pesar de que el fuera de juego silbado en la última oportunidad que tenía lo Bayern ha sido determinante, el origen de los problemas para el conjunto alemán no ha sido este. Una vez más el fútbol ha dejado de ser simplemente un deporte para convertirse en un
