La víctima de abuso sexual por parte del exjugador del Celta de Vigo, Hugo Mallo, ha hablado en una entrevista sobre los hechos y como ha vivido el proceso judicial que han llevado hasta la condena del jugador. El pasado jueves se hizo pública la sentencia que condenaba Hugo Mallo por un delito de abuso sexual. El juez ha dictado una condena de 20 meses de multa, a razón de 10 euros diarios, lo cual suma un total de 6.000 euros. Además, Mallo tendrá que indemnizar la víctima con 1.000 euros más intereses por los daños morales causados y asumir los costes procesales.
Ahora, la mujer que fue víctima de los tocamientos del jugador ha revelado su identidad en una entrevista en Catalunya Ràdio. La víctima ha explicado que se llama Carme Coma y que en aquel momento compaginaba su trabajo como enfermera con la de la mascota del Espanyol. Carme Coma ha justificado que ha querido mantener el anonimato porque quería un juicio con sentencia judicial y no mediática.
«Cuando pasó esto me sentí vulnerable. Sentí el miedo e inseguridad de denunciar un jugador de fútbol. No quería que esto se supiera por qué quería una resolución que se dirimiera a los juzgados, no en los medios de comunicación. Ahora tengo una sentencia y una dignidad. Soy una persona normal. No tiene sentido que me invente estas cosas», ha explicado. «Estoy en una circunstancia mediática y tenemos que aprovecharlo para ayudar la sociedad para que mejore. Tenemos que revisar todos los códigos desde abajo: los niños y las escuelas«, ha añadido.

«Asco e indignación» por los hechos
Carme Coma ha explicado además como se sintió los momentos después de los hechos. «Tuve mucha vergüenza, asco, indignación y dolor de estómago. Además, hay veinte mil personas viendo esto. Hay la circunstancia que incluso habiendo tantas cámaras he tardado cinco años en que me diera la razón un juez. Imagina si pasa en ámbitos donde no hay imágenes. Me quedé muy chocada e indignada. Hasta las tres horas no supe que tenía que hacer», ha explicado.
Así mismo, también ha explicado cuándo se dio cuenta de la situación que había sufrido. «En aquel momento, cuando volvimos al vestuario, ya le dije a mi compañero que había pasado consternada e indignada. Cuando volví a casa con mi hermana hice la explosión de ira y de llanto», ha dicho. «Es un atentado contra mi integridad física de manera barruera sin posibilidad de reacción«, ha añadido.
El apoyo del Espanyol
La víctima ha agradecido en todo momento el apoyo que le ha dado el Espanyol y que le permitió identificar el jugador que había sido el responsable de los tocamientos. «Aquella noche escribí un mail al Celta de Vigo y Espanyol de repulsa con los hechos. El Espanyol se puso en contacto conmigo. Tanto el club como la empresa privada me apoyaron desde el primer momento y me puso una asistencia legal. Averiguamos quién era aquel jugador e inmediatamente después fui a la comisaría para hacer una denuncia», ha explicado Carme Coma.
Finalmente, la víctima también ha afirmado que no ha recibido ninguna disculpa: «No esperaba ninguna disculpa. Si hubiera recibido las disculpas, quizás habría cambiado mi decisión. En aquellos momentos no esperas nada. Quieres gestionar la situación porque después te lo llevas por toda la vida. Recuerdas la situación toda la vida«.
