El Jannik Sinner – Carlos Alcaraz no ha sido una final de Roland Garros más, ha sido probablemente la mejor final de todos los tiempos que se ha disputado en París. El italiano, número 1 del mundo, y el murciano, número 2 del mundo, han protagonizado toda una oda al tenis en la Philippe-Chatrier, donde Alcaraz ha sido el vencedor de una batalla épica y preciosa de casi 5 horas y media de tenis de máximo nivel.
La crónica del Jannik Sinner – Carlos Alcaraz (6-4, 7-6, 4-6, 6-7, 6-7)
El primer juego de la final ya auguraba lo que vendría y es que Sinner ha logrado mantener el servicio tras un espectacular juego maratoniano que ha durado 12 minutos. La igualdad era máxima y se mantuvo hasta el quinto juego, cuando Carlos Alcaraz consiguió un break para ponerse 2-3 arriba. La reacción del italiano no pudo ser mejor y no solo respondió de la misma manera, sino que se lanzó para llevarse la primera manga por 6-4. Impulsado por cómo había sido el desenlace del primer set, Sinner parecía decidido a poner el 2-0 en el marcador, pero cuando lo tenía todo perdido y iba 5-2 abajo, Alcaraz supo volver al partido para llevar el set a un tie-break en el que el italiano fue implacable.
«No se puede jugar mejor al tenis»
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Carlos Alcaraz tuvo que recurrir a la épica y vaya si lo hizo. El tercer set no pudo empezar peor para el murciano, con break en contra, pero este no dio el brazo a torcer en ningún momento y se llevó los siguientes cuatro juegos para ponerse 1-4. Si Alcaraz no tiró la toalla en el segundo set cuando lo tenía todo perdido, tampoco lo hizo Sinner en el tercero y el italiano, demostrando por qué es el número 1 del mundo, se colocó 4-5 y con la oportunidad de igualar la manga, pero terminó cediendo su primer set en todo el torneo.
La final ya estaba siendo increíble, pero aún quedaba lo mejor. Sobre el ecuador del cuarto set, Sinner le rompió el servicio a Alcaraz y con 3-5 arriba, tuvo tres bolas de partido, pero el murciano resucitó de entre los muertos para llevarse un set antológico en el tie-break y forzar una quinta y definitiva manga que estuvo al mismo nivel que todas las anteriores. Como no podía ser de otra manera, la final tuvo que decidirse con un supertie, en el cual Carlos Alcaraz fue espléndido para certificar una remontada y una victoria épica e histórica que le permite revalidar corona en Roland Garros.
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