El Mundial de Fórmula 1 ha comenzado con una noticia que puede marcar el futuro de la temporada. Max Verstappen, campeón de los últimos cuatro años con la escudería Red Bull, no ha podido empezar con victoria en el Gran Premio de Australia y ha visto cómo Lando Norris se llevaba el triunfo en una carrera caótica marcada por la lluvia. El piloto de McLaren ha hecho valer su pole position para dominar gran parte de la prueba, pero en las últimas vueltas ha tenido que resistir el ataque del neerlandés, que ha cruzado la meta en segunda posición. Norris ya fue el perseguidor de Verstappen la temporada pasada, donde ya se empezó a ver que algo podía cambiar.

El tercer lugar del podio ha sido para George Russell (Mercedes), mientras que Lewis Hamilton, en su estreno con Ferrari, solo ha podido ser décimo. Peor ha sido el debut de Carlos Sainz con Williams, ya que el madrileño se ha visto obligado a abandonar en la primera vuelta tras chocar contra un muro. Fernando Alonso también ha tenido que abandonar por un accidente. Las condiciones meteorológicas han sido decisivas. La carrera ha comenzado con el asfalto húmedo por las lluvias de la noche y ha terminado bajo un aguacero, lo que ha complicado la vida a los pilotos. Norris ha tenido algún susto sobre mojado, pero ha sabido mantener el control hasta la bandera de cuadros.
¿Derribará Norris la hegemonía de Verstappen?
Este resultado confirma que Verstappen y Red Bull tendrán que luchar más que nunca para mantener su hegemonía. Después de dominar con mano de hierro las últimas temporadas, su escudería ya no parece tener la misma superioridad y McLaren ha demostrado que está preparada para plantar cara. Si este primer Gran Premio es un reflejo de lo que vendrá, la temporada se presenta mucho más abierta que las últimas y el camino hacia la quinta corona del neerlandés será mucho más complicado.