Todas las Super Bowls son partidos para la historia. The Big One detiene a Estados Unidos, llueva o nieve, cada año en medio de inviernos a menudo crudos para hacer estallar lo que sigue siendo la liga más vista del país. La NFL regresa a su particular fiesta mayor, este año con una propuesta para la historia: los vigentes campeones Kansas City Chiefs, capitaneados por el mejor quarterback del mundo -y, algunos dicen, cerca de la historia- Patrick Mahomes, pueden convertirse en el primer equipo en más de medio siglo de vida del gran partido en ganar tres anillos consecutivos. El estadio Superdome de Nueva Orleans podría ser la sede de un hito que en el mundo del fútbol americano aún no se ha alcanzado nunca: el codiciado Three-Peat.
Desde 1967, el primer año que las dos grandes ligas de fútbol americano, la AFL y la NFL entonces aún separadas, jugaron la primera final entre sus campeones respectivos, solo tres equipos habían llegado a tres Super Bowls consecutivas: los Miami Dolphins del legendario Bob Griese lo hicieron a principios de los 70, pero perdieron la primera. Los desafortunados Buffalo Bills de Jim Kelly llegaron a cuatro seguidas a principios de los 90, y las perdieron todas. Y los dinásticos New England Patriots de Tom Brady y Bill Belichick accedieron tres veces a finales de la década pasada. Perdieron una, la segunda; precisamente contra el último escollo para que los Chiefs y Mahomes se pongan la corona: los Philadelphia Eagles. Estas son las claves de un partido que se promete cargado de historia, que los catalanes podrán ver la madrugada de domingo a lunes a partir de dos y media de la madrugada.
El histórico Mahomes
Patrick Mahomes jugó su primera temporada como titular en los Kansas City Chiefs en 2019, y puso la liga patas arriba. Con 50 touchdowns anotados y pases exitosos por valor de más de 5,000 yardas, ganó el MVP unánime con solo 24 años, el tercer jugador más joven en lograr el laurel individual. Seis temporadas después, la liga no conoce unas finales de conferencia -el equivalente a las semifinales, por la configuración de los cuadros- sin él. Ya ha ganado tres campeonatos con solo 29 años y, en caso de ganar un cuarto -el tercero consecutivo- ya sería el segundo jugador de la historia con más anillos, empatado con dos auténticos mitos como son Joe Montana y Terry Bradshaw. Tendría más de una década de carrera para lograr cuatro más y superar a Brady, que acumuló siete durante su carrera -seis con los Patriots y un séptimo con los Tampa Bay Buccaneers-.
El corredor de las 2,000 yardas
Enfrente, Mahomes tendrá un ataque, el de los Philadelphia Eagles, que tiene un claro motor: su corredor, Saquon Barkley, ha logrado esta temporada un hito reservado solo para los grandes nombres de la historia del deporte: haber ganado más de 2,000 yardas en carrera. Lo hizo, además, en solo 16 partidos, ya que descansó la 17ª jornada de la temporada regular, cuando su equipo ya tenía asegurada la clasificación en su división. Alrededor de Barkley, un ataque que lo maximiza: la línea de protección de los Eagles, los bloqueadores, forman parte de la absoluta élite de la liga, y permiten que sus jugadores clave puedan lanzarse a buscar jugadas explosivas. A su lado está Jalen Hurts, un quarterback que no figura entre los grandes del deporte, pero que ha mostrado un gran rendimiento en los playoffs, y que cuenta con el apoyo de algunos de los receptores más talentosos de la conferencia. Los Eagles son fantásticos en todas las posiciones; pero solo el corredor ha podido hacer historia.

Un partido igualado
Las últimas tres Super Bowls han sido extremadamente igualadas. Todos los campeones desde 2022 -los Los Angeles Rams y los Chiefs en dos ocasiones- han ganado sus partidos por solo una anotación, es decir, por siete puntos o menos; y los enfrentamientos se han decidido a tocar de los minutos finales del partido. El enfrentamiento entre los Eagles y los Chiefs de este año promete llegar con interés hasta el último cuarto. Será, además, un partido entre dos poderes complementarios: la defensa de los Eagles es especialmente talentosa evitando jugadas explosivas: pases y carreras especialmente largas, lo que limita los puntos que puede alcanzar su rival. Ahora bien, el ataque de los Chiefs no busca explotar el partido: es metódico, lento, pero perfecto. Es decir, sus fortalezas encajan con los agujeros del rival.
El duelo de pizarras
Las dos estrellas ofensivas a ambos lados del balón cuentan con dos de los mejores cerebros de la liga en el banquillo. El entrenador en jefe de los Chiefs, Andy Reid, es uno de los estándares históricos del juego ofensivo en el fútbol americano. Se ha adaptado, además, a las necesidades de todos sus equipos: con un Mahomes más joven y un equipo más rápido, Reid buscaba pases largos, jugadas ofensivas sin parar. Ahora, con un quarterback más maduro y talento más limitado, ha diseñado una maquinaria bien engrasada, eficiente, que se mueve impulsada por un capitán cerebral e infalible en las distancias cortas. Para Reid, además, el partido es especial: su primer trabajo como entrenador en jefe fue, de hecho, en Philadelphia, durante más de una década, con un gran juego pero sin trofeos. Enfrente, el dúo del jefe Nick Sirianni y el coordinador ofensivo Kellen Moore, que han desbloqueado un ataque más creativo en los playoffs después de ganar mucho sin un juego especialmente brillante durante la temporada regular.

Estrellas en la grada
La Super Bowl siempre destaca por llenar los asientos de VIPs. Kansas City no es el mercado más grande, ni el que concentra más estrellas de Hollywood o del pop. La fanática más célebre de los Chiefs, sin embargo, brilla lo suficiente por todas las demás: Taylor Swift asistirá a la tercera final consecutiva de su pareja, el tight end de los Chiefs Travis Kelce, y sus fans ya especulan con posibles pistas sobre su nuevo álbum. Entre los fanáticos célebres del defensor del título están también los actores Brad Pitt y Paul Rudd, nativos de Missouri. Los seguidores más fervientes de los Eagles son -por supuesto- Sylvester Stallone, que puso a Philadelphia en el centro de la saga Rocky; y el protagonista de Colgados en Philadelphia y ahora célebre propietario del Wrexham AFC en la tercera división británica, Rob McElhenney. Curiosamente, su compañero y coinversor en el conjunto galés, Ryan Reynolds, está casado con la actriz Blake Lively, amiga de Swift y conocida supporter de los Chiefs. El gran protagonista, sin embargo, será el rapero Kendrick Lamar, que se encargará del espectáculo de medio tiempo después de ser uno de los grandes ganadores en la gala de los Grammy e imponerse con solvencia en su guerra pública con el también cantante Drake.