Veinticuatro jornadas de sueño. Medio año de esperanzas, de creer que lo imposible era posible. Muchos partidos de hacer lo que nadie había conseguido nunca, luchar por una Liga con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, hacer caer a gigantes como el Barça o el Atlético y poner el miedo en el cuerpo al todopoderoso Real Madrid. Todo esto había hecho el Girona de Míchel Sánchez hasta hoy, cuando los catalanes han caído goleados en el duelo directo por el título en el Estadio Santiago Bernabéu (4-0) y los blancos han dejado la Liga casi sentenciada, con cinco puntos de ventaja sobre los rojiblancos, que se mantienen todavía en la segunda posición. El Girona no ha encontrado la manera de hacer daño a un Madrid que se ha impuesto con el talento individual de una plantilla contra la cual, nombre por nombre, la de los catalanes no tiene absolutamente nada que hacer.
La crónica del Madrid-Girona (4-0)
La puesta en escena del Girona ha sido más que satisfactoria. El Madrid de Ancelotti, como acostumbra a hacer, se ha limitado a esperarse en defensa y esto ha provocado que los catalanes, con una alineación muy ofensiva, pudieran desplegar bien su juego desde buen comienzo. A pesar de que el Girona ha dominado el primer tramo del duelo, se ha llevado un castigo durísimo enseguida. En el minuto seis, Vinicius Jr., en una acción aislada, se ha inventado una jugada individual sensacional, ha probado suerte con un latigazo muy bien colocado desde fuera del área y la pelota ha entrado en el fondo de la portería sin que Paulo Gazzaniga pudiera hacer absolutamente nada para pararla.
El golpe ha sido de dimensiones considerables, pero el Girona no se ha dejado tumbar. Es un equipo acostumbrado a las remontadas y a la épica, así que un único gol del Madrid no haría que los de Míchel bajaran los brazos. A pesar del tanto tempranero del conjunto merengue, los rojiblancos, este sábado con la segunda equipación de todos oscuros y fluorescentes, han continuado controlando la posesión de la esférica y han intentado rondar la portería rival. Ahora bien, el Madrid, con muchísimas bajas en defensa, ha sabido mantenerse ordenado para evitar cualquier ocasión de peligro catalana. En cambio, cualquier contraataque de los merengues era todo un suplicio para el Girona, que ha evitado un segundo gol con penas y trabajos durante mucho rato.
La segunda estocada de los blancos, por eso, era inevitable. Con un Girona muy valiente, muy lanzado al ataque, los merengues han encontrado espacios con mucha facilidad. Con este contexto, el Madrid es implacable. En el minuto treinta y cinco, un pase en profundidad de Vinicius ha dejado a Jude Bellingham absolutamente solo ante Gazzaniga. El centrocampista inglés, que va sobrado de calidad, solo ha tenido que driblarlo, cosa que ha hecho con muchísimo talento, y ha marcado a placer el 2-0, con el que, poco a poco y sin nada más a destacar, se ha ido llegando hasta el descanso. Al Girona, a pesar de que ha tenido la posesión bastante controlada, le han temblado mucho las piernas en los metros finales, mientras que al Real Madrid le ha pasado todo el contrario.

El Girona ha salido dispuesto a todo en la segunda parte. Un centro lateral tenso y un rechace dudoso de la defensa del Madrid ha supuesto algo parecido a la primera ocasión de gol de los catalanes. Esto, sin embargo, se ha quedado en un espejismo que ha durado menos de diez minutos. En una de las primeras acciones de ataque del Madrid en la reanudación, Vinicius ha hecho una gran jugada individual, ha probado un disparo que Gazzaniga ha parado, pero Bellingham, atento, ha cazado el rechace y ha marcado a placer. Esto ya era la sentencia, pero, por si acaso, los merengues han acabado de clavar un último clavo en la tumba de los rojiblancos. Rodrygo, aprovechando un error defensivo, ha hecho el cuarto y definitivo gol que ha acabado con cualquier aspiración de remontada del gerundense más optimista. El Madrid todavía ha tenido un penalti que ha acabado en el palo.
Hay que destacar también el mal ganar de la afición del Real Madrid. Con el partido absolutamente decidido (antes no se atrevían), los aficionados merengues han entonado varios cánticos para burlarse del Girona. En cualquier caso, los blancos, a falta todavía de catorce jornadas para acabar la Liga, han dejado este sábado el título muy bien encarrilado. Por su parte, al Girona todavía le quedan muchos retos atractivos. El primero, no lanzar la toalla e intentar volver a poner el miedo en el cuerpo al Madrid. A partir de aquí, acabar segundos para disputar la Supercopa la próxima temporada, clasificarse para la Champions y poner el lazo a un curso que será histórico pase lo que pase.