El Girona Futbol Club no consigue ver la luz al final del túnel y la última lesión de Donny van de Beek es una prueba clara. El centrocampista neerlandés, que justo había vuelto a la titularidad en el último partido tras meses de baja, sufrió un desgarro del tendón de Aquiles en su tobillo izquierdo durante el partido de Liga contra el Athletic Club en San Mamés. El incidente tuvo lugar cuando solo se habían disputado 33 minutos y los gestos de dolor del internacional holandés hicieron prever inmediatamente la gravedad. El club aún no ha detallado la fecha de la intervención quirúrgica, pero todo apunta a que tendrá que pasar nuevamente por el quirófano y que su recuperación se prolongará al menos cuatro o cinco meses, dejándolo fuera de combate hasta bien entrada la temporada.

Donny van de Beek recae en su lesión

Este nuevo golpe llega en un momento especialmente delicado para Van de Beek, que ya había sido operado del mismo talón izquierdo el pasado mes de mayo. El futbolista de 28 años, fichado para ser uno de los líderes del medio campo gerundense, solo había podido disputar ocho minutos en todo el curso antes de este enfrentamiento, y había visto truncado su proceso de adaptación. Además, el neerlandés arrastra un historial médico complicado que incluye lesiones musculares recurrentes y una grave en la rodilla que ya lo dejó sin jugar buena parte del curso 2022-23 con el Manchester United.

Donny van de Beek, antes de un partido con el Girona | Europa Press
Donny van de Beek, antes de un partido con el Girona | Europa Press

Pero el problema va mucho más allá de la desgracia personal de Van de Beek. El Girona continúa último en la clasificación con solo dos puntos y ve cómo su enfermería sigue llenándose. Jugadores como Thomas Lemar, David López, Viktor Tsygankov o Juan Carlos también están de baja, dejando a Míchel con un panorama muy complicado y obligado a improvisar constantemente en las alineaciones. El empate en San Mamés dio un rayo de esperanza, pero la ausencia prolongada de Van de Beek supone un nuevo obstáculo en la lucha por revertir la situación. La sensación en Montilivi es que el equipo tendrá que sobreponerse a una auténtica plaga de lesiones si quiere mantener opciones reales de una permanencia que cada vez parece más complicada.



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