Un nuevo caso de violencia por parte de ultras ha sacudido el mundo del fútbol. En esta ocasión, hooligans belgas del Anderlecht han desatado el pánico en Anoeta, el estadio de la Real Sociedad en Donostia. Durante el partido que ha enfrentado a ambos conjuntos en la UEFA Europa League, ultras belgas han destruido las mamparas de seguridad que les separaban de la afición local y han lanzado varios objetos contra los seguidores vascos. El caos ha estallado y la Ertzaintza ha realizado hasta ocho detenciones. Sin embargo, el partido se ha disputado sin que la UEFA lo parara.
La Real Sociedad clama contra la violencia de los ultras
La Real Sociedad ha levantado la voz como club contra estos ultras con un comunicado oficial muy contundente en el que se ha exigido a la UEFA que hechos como estos no se vuelvan a repetir. Mikel Oyarzabal, capitán del conjunto txuri-urdin ha condenado con dureza la actitud y la violencia de los hooligans del Anderlecht y también se ha mostrado muy crítico con el papel del órgano que regula el fútbol europeo: «La UEFA se tiene que dar cuenta de que esto no puede pasar, que daña la imagen del fútbol y la suya. Hoy son los máximos responsables de no haber parado el partido en su momento».
Seguidores de la Real Sociedad, durante el partido contra el Anderlecht | Real Sociedad de Fútbol
Del mismo modo, Imanol Alguacil, entrenador de la Real Sociedad, también ha sido muy contundente en sus declaraciones en rueda de prensa: «Lo que ha pasado es triste y vergonzoso. Muchas personas ya no habían venido a ver el partido, por miedo, porque estaban alertados de lo que podía pasar. Esto se tiene que parar, se tiene que hacer algo». El duelo ya había sido declarado de alto riesgo a causa de estos ultras violentos del Anderlecht, pero, sin embargo, nadie ha hecho nada eficiente para impedir que se hayan producido unos hechos como estos.
