En la isla de Indonesia de Java se ha vivido un espantoso episodio en el mundo del fútbol. Y es que, según informa la policía local, al menos 120 personas habrían muerto en un brote de violencia en el estadio de Kanjuruhan, situado en la provincia de Java Oriental. Los hechos han sucedido a consecuencia de la derrota del equipo local, Arema, por dos goles a tres ante el Persebaya Surubaya. Más de 3.000 aficionados han invadido el terreno de juego del estadio durante la noche del sábado frustrados por el resultado de su equipo, puesto que había perdido contra su máximo rival.
La policía ha intentado dispersar a los aficionados con gas
La situación se había descontrolado, iniciándose una batalla campal. La policía no ha tardado en actuar una vez que los jugadores y los entrenadores se encontraban en zonas protegidas y, vista la gran cantidad de personas que habían invadido el césped del estadio, los oficiales han optado por utilizar un gas para intentar dispersar a los aficionados. Este hecho ha provocado el pánico entre la gente, generando estampidas y aglomeraciones que han sido las responsables de que la mayoría de muertes fueran por asfixia. Además, las salidas del estadio habían quedado bloqueadas, lo que ha acabado perjudicando a familias enteras que se encontraban en las gradas.
El exterior del estadio también ha sido caótico
Por otra parte, la situación fuera del estadio tampoco era la óptima. Varios aficionados del equipo local han aprovechado el caos para generar más incidentes, hasta el punto de que los jugadores del equipo visitante han tenido que abandonar el estadio en coches de policía blindados. Mientras, dentro del campo, la zona mixta de jugadores se convirtió en un corredor humanitario para ayudar a evacuar a los heridos. La Liga de Indonesia ha suspendido el resto de partidos de la jornada que quedaban por disputarse después de ver los hechos.