Pablo Longoria, presidente del Olympique de Marsella, ha recibido una sanción ejemplar por parte de la Federación Francesa de Fútbol, la FFF, después de una gran falta de respeto hacia el colectivo arbitral. Tras una derrota de su equipo en la Ligue 1, la liga francesa, en la que reclamaba un penal a favor que no se señaló y una expulsión que consideraba injusta, Longoria estalló contra los colegiados y aseguró que el campeonato era una «mierda» y que estaba «corrompido». Aunque el presidente del Marsella ha rectificado y se ha disculpado en las últimas horas, esto no ha impedido que la FFF lo haya castigado de manera severa, con un total de quince partidos de suspensión.

El Madrid, como mucho, recibirá una multa económica por un caso muy similar

Este hecho choca de pleno con la actualidad española, donde el Real Madrid hace unos días escribió una carta donde también acusaba al colectivo arbitral de corrupto y de haber orquestado una estrategia para perjudicar deliberadamente al equipo blanco. Aunque LaLiga ha denunciado al Madrid al Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), las cosas serán muy diferentes en este caso. La Federación ha abierto un expediente informativo al equipo merengue, pero, como mucho, el club recibirá una sanción económica. Así pues, la diferencia entre ambos ejemplos clama al cielo y deja en evidencia al Madrid y la RFEF. Resulta sorprendente que la entidad presidida por Florentino Pérez pueda salir casi indemne de estas acusaciones, así como de la presión que está llevando a cabo sobre los árbitros desde hace meses a través de diversas vías oficiales.



Comparte

Icono de pantalla completa