Uno de los puntos más calientes de la entrevista del empresario catalán Jaume Roures con Món Economia ha sido el proyecto de la Superliga europea de fútbol. El fundador de Mediapro ha sido muy crítico con esta idea de competición y ha asegurado que no tiene ningún tipo de sentido, ni desde el punto de vista deportivo, «no tendría interés», ni desde el punto de vista económico, «no tienen el dinero que dicen que tienen». Por todo esto, ve con muy malos ojos que el presidente del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta, con quien mantiene una buena relación, esté tan metido en este proyecto: «Nunca he entendido por qué el Laporta está con el tema de la Superliga».
Jaume Roures: «La Superliga sería una liga de mierda»
Según Roures, la Superliga llevaría «las ligas nacionales a la mierda» y acabaría provocando que la misma competición europea tampoco tuviera seguimiento: «Si ahora jugamos contra el Nápoles, tiene interés porque te estás jugando algo. Si es una liga y el Barça está octavo y el Nápoles décimo, ¿qué importancia tiene? ¿Cuál es el aliciente de un Getafe-Rayo? Nungo, y esto solo desde el punto de vista deportivo». En cuanto a la vertiente económica, la línea es la misma: «El dinero que dicen que tienen no existe. Me he ganado la vida hasta hace poco hablando cada día con todas las teles del mundo y nadie ha recibido ninguna oferta. La Champions tiene contratos hasta 2027, dentro dos años no puede haber otra competición, porque las teles no la comprarán».

Este jueves 21 de diciembre habrá la resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el caso de la Superliga, donde se sabrá si esta competición tiene la autorización para salir adelante ante las quejas y demandas de la UEFA y la FIFA. A Roures esto le da «igual», porque, según él, «no se puede hacer una competición diferente a la Champions» por muchos temas que no tienen nada que ver con los tribunales. Más allá de los motivos deportivos y económicos ya denominados, también menciona el hecho de que muchos de los clubes más importantes del mundo ya se hayan bajado del barco. «Sería una liga de mierda», sentencia.