Ya se han disputado los primeros partidos del nuevo Mundial de Clubes, cuatro concretamente. Si esta competición ya generaba poquísimo interés -la venta de entradas ha sido un auténtico fracaso-, los resultados de estos primeros partidos han terminado de confirmar el bajísimo nivel de este torneo. Todo comenzó con un Inter Miami-Al-Ahly, que terminó con un empate a cero aburridísimo, que ni Leo Messi, Luis Suárez y compañía pudieron salvar. El caso más flagrante, sin embargo, ha llegado con el segundo partido, un Bayern de Múnich-Auckland City que terminó con una goleada ruborizante: 10-0 a favor de los alemanes. Si esta debe ser la competición que reúne a los mejores clubes del mundo, el resultado está siendo muy decepcionante, sobre todo teniendo en cuenta que el equipo australiano está formado por jugadores no profesionales, que tienen otros trabajos.
Pero eso no es todo. El tercer partido del Mundial de Clubes ha sido uno de los pocos que sí generaba cierta atracción, ya que reunía al París Saint-Germain (PSG), actual campeón de la UEFA Champions League, con el Atlético de Madrid, uno de los grandes de Europa que tiene jugadores como Julián Álvarez o Antoine Griezmann. El resultado también ha sido una absoluta decepción: 4-0 a favor de los franceses. El conjunto dirigido por Luis Enrique ha hecho lo que ha querido con el del Cholo Simeone, así que el Mundial de Clubes, de momento, solo ha tenido partidos que más bien han hecho que la poca gente que lo estaba viendo tenga ganas de abandonar el seguimiento de esta competición.
El Mundial de Clubes, de momento, solo sirve para cansar aún más a los jugadores
La FIFA ha creado este nuevo torneo, que se disputará cada cuatro años, que carga aún más el calendario. Durante un mes entero, los jugadores se cansarán aún más después de una temporada que ya es muy exigente. Como mínimo, esta competición debería ser mínimamente interesante y prestigiosa, pero, de momento, ni eso. Habrá que ver cómo avanza este Mundial de Clubes. Quizás con la llegada de las eliminatorias crezca el interés.
