El polémico gol anulado a Jana Fernàndez en el Futbol Club Barcelona-Reial Madrid femenino del pasado fin de semana sigue generando reacciones. Se ha abierto de nuevo el viejo debate sobre los posibles conflictos de intereses en el arbitraje femenino. El error de la colegiada Olatz Rivera Olmedo, que podría haber cambiado el desenlace del partido e, incluso, de la Liga F, ha llevado a cuestionar por enésima vez si es éticamente compatible que Yolanda Parga sea la responsable del colectivo arbitral femenino mientras su esposo, Carlos Megía Dávila, ejerce como delegado arbitral del Reial Madrid, aunque esto parece que no interesa mucho a la prensa española.
Clos Gómez defiende a Yolanda Parga
Este tema ha sido uno de los grandes focos de debate en las últimas horas, especialmente después de que el programa El Larguero de la Cadena SER abordara la cuestión en una entrevista con Carlos Clos Gómez, actual jefe del VAR en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). «Para estar en este cargo, tiene que tener un currículum espectacular, y el suyo es impresionante», la defendió Clos Gómez para intentar contrarrestar las críticas.

El exárbitro ha defendido la imparcialidad de Parga e insistió en que su relación con Megía Dávila no influye en sus decisiones: «Que su pareja sea un exárbitro de gran nivel no tiene nada que ver con su trabajo. Prefiero hablar de currículums, y el de ella es extraordinario«. También ha remarcado que Parga trabaja conjuntamente con Marta Frías, otra profesional con un «gran historial arbitral». A pesar de estas declaraciones, el debate continúa. La vinculación entre la dirección arbitral femenina y el Reial Madrid genera sospechas y mientras desde Barcelona se pide que se ponga esta cuestión sobre la mesa, en la capital estatal hay un silencio generalizado que hace crecer aún más las dudas respecto a este caso.