Montse Tomé, entrenadora de la selección española femenina de fútbol, ha declarado este lunes en el juicio del caso Rubiales como testigo. Su comparecencia ha girado en torno a la no convocatoria de Jenni Hermoso en la primera pausa de selecciones que hubo después del beso de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). La clave ha sido intentar averiguar si fue una instrucción dictada por la misma RFEF o fue iniciativa de Tomé. En un primer momento, la seleccionadora ha defendido que fue una decisión deportiva, pero luego se ha contradicho.
La declaración de Montse Tomé en el juicio del caso Rubiales
«Yo soy la única responsable de la no convocatoria de Jenni Hermoso. Como seleccionadora, elijo a las jugadoras por motivos deportivos. En ese momento, Jenni Hermoso había entrenado muy poco con su equipo y casi no había tenido participación en ningún momento», ha declarado. Posteriormente, sin embargo, Tomé se ha contradicho y ha añadido argumentos extra deportivos para justificar la decisión de dejar fuera a Jenni Hermoso de aquella convocatoria: «Estábamos viviendo una situación muy desagradable y la presión mediática que había me hizo tomar esta decisión, porque pensé que había jugadoras en mejores condiciones para defender la selección».

Es importante recordar que Tomé era la segunda entrenadora de Jorge Vilda durante la final del Mundial. Vilda es uno de los investigados por coacción a Jenni Hermoso en el caso Rubiales. Tomé ocupó su lugar poco después del beso, ya que Vilda estaba inmerso en todo el caso y fue destituido. Tomé se ha encargado de exonerar a Vilda de toda responsabilidad: «Vilda no intervino en la no convocatoria de Jenni Hermoso. No fue un castigo». En varias ocasiones -y también en el mismo juicio- Jenni Hermoso y las sus compañeras han repetido que se mostraron muy sorprendidas de aquella no convocatoria y que lo interpretaron como un castigo.