Solo dos de las 23 jugadoras convocadas por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) han decidido abandonar la concentración, según ha confirmado esta madrugada el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Víctor Francos, después de una reunión maratoniana con las jugadoras que ha durado casi toda la noche. El resto de jugadoras han mostrado su “voluntad de quedarse” para dar un voto de confianza al gobierno español, que se ha comprometido a crear una comisión de trabajo con la RFEF y las futbolistas para acelerar los cambios que reclaman. El CSD ha informado que no se sancionará a las dos futbolistas, de las cuales de momento no ha transcendido el nombre.
De este modo, el CSD ha conseguido apagar el incendio que había generado la RFEF después de convocar para los dos primeros partidos de la Nations League a unas veinte futbolistas rebeldes que se habían negado a jugar con la selección. “Las jugadoras están en un momento complicado y creo que es una buena noticia decir que la selección femenina disputará los dos partidos con garantías y, esperemos, con victorias”, ha dicho Francos en comentarios a la prensa después de una reunión de seis horas con las jugadoras en un hotel en la localidad valenciana de Oliva (Safor). El CSD ha celebrado la “voluntad constructiva” del encuentro.

El acuerdo con las futbolistas incluye la creación de una comisión mixta entre el mismo CSD, la RFEF y las jugadoras para hacer un seguimiento de los acuerdos cerrados esta noche y que incluye el desarrollo de las políticas de igualdad en la Ley del Deporte, impulsar adelantos en la igualdad salarial y mejorar la calidad de las infraestructuras.
El pulso de la Federación Española
La Federación Española había decidido ir al choque contra las futbolistas rebeldes y convocó a 20 jugadoras para forzarlas a jugar con la selección. Las jugadoras, después de estudiar las consecuencias legales de no presentarse, acabaron cediendo a la presión y viajaron a Valencia. Sin embargo, las futbolistas publicaron un comunicado durísimo contra la RFEF donde dejaron constancia de que se las había convocado en contra de su voluntad y bajo la amenaza de sanciones. La nueva seleccionadora, Montse Tomé, empieza con mal pie la nueva etapa de la selección campeona del mundo.