Continúa el serial entre el Gimnástico de Tarragona y la Federación Española de Fútbol, después de la derrota del equipo tarraconense en el play-off de ascenso a Segunda División contra el Málaga. Un informe presentado por los Mossos d’Esquadra negaría las acusaciones de amenazas descritas en el acta arbitral del Nàstic-Málaga. El acta escrita por el colegiado Eder Mallo denuncia amenazas de muerte contra él, su hijo y toda su familia. El informe policial, por su parte, acredita que había varias personas profiriendo insultos dirigidos al árbitro, como “rata, cobarde o hijo de puta”, entre los cuales se encontraba el presidente del Nàstic, Josep Maria Andreu, pero que no se profirieron amenazas de muerte.
«En ningún caso se vio comprometida la integridad física de los árbitros»
El documento arbitral también sostiene que el árbitro y sus asistentes llegaron a temer por su integridad física porque varios directivos y propietarios del Nàstic los insultaban y amenazaban abriendo la puerta de su vestuario. En cambio, los Mossos presentes en el Nuevo Estadio Costa Dorada hacen constar concretamente que en “en ningún caso” se vio comprometida la integridad física de los árbitros. El coordinador de seguridad de los Mossos d’Esquadra detalla también al informe que la zona de los vestuarios es de paso libre por los forofos y que no se pueden identificar los autores de la mayoría de los insultos.
Intercambio de acusaciones e insultos entre Soteras y el presidente del Nàstic
En paralelo, el Nàstic también tiene su guerra particular con la Federación Catalana de Fútbol, y su presidente Joan Soteras. El presidente grana Josep Maria Andreu, aseguró a través de los micrófonos de Rac1 que la Federación y su presidente están detrás de un supuesto complot arbitral que impidió el ascenso del Nàstic a Segunda.
Soteras no ha tardado a responderle desde la misma emisora y ha negado cualquier confabulación contra el Nàstic. Joan Soteras, muy enfadado ha calificado a Josep Maria Andreu de «descerebrado» y ha vertido sobre él y su familia unas acusaciones muy graves: “dos de los hijos de Andreu agredieron a un representante de la FCF y dos personajes más que intentaron agredir a mi delegado territorial a Tarragona” ha asegurado Soteras. El mismo delegado que mencionaba Soteras, José Cosano ha intervenido más tarde vía telefónica negando las agresiones: “Ni me intentaron agredir ni me agredieron. Eso sí, recibí toda clase de insultos”.
Con la guerra abierta del Nástic contra la FCF y la RFEF, el club tarraconense ya sabe que tendrá que hacer frente las duras sanciones impuestas por la Federación Española de Fútbol por el lanzamiento de objetos al terreno de juego y las amenazas de jugadores y aficionados contra los árbitros. El club tarraconense ya ha anunciado que las considera “totalmente desmesuradas” y avisa que “acudirá a la justicia ordinaria para aclarar los hechos de una forma imparcial”.
