La asamblea de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha elegido a Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol desde 2014, como nuevo presidente de la RFEF. Es la opción continuista de Luis Rubiales, apartado del cargo por su beso no consentido a Jenni Hermoso en la final del Mundial de 2023, y de Pedro Rocha, inhabilitado también por extralimitarse en sus funciones cuando cumplía el cargo de presidente provisionalmente tras el caso Rubiales. Louzán también podría acabar inhabilitado, ya que está condenado por un caso de prevaricación en la Diputación de Pontevedra, aunque esto no se sabrá hasta el próximo mes de febrero, cuando la condena será firme o bien quedará absuelto, ya que ha sido admitida a trámite.
Louzán: «Tengo una fe ciega en mi absolución»
Louzán ha dado por hecha su absolución en febrero de 2025, «tengo una fe ciega en mi absolución y estoy muy tranquilo», y ya ha explicado cuáles quiere que sean las líneas maestras de su presidencia de la RFEF: «Hemos vivido unas últimas etapas de mucha convulsión y hemos trasladado una imagen inadecuada del fútbol español. Quiero un modelo nuevo, con unidad y sin confrontación». A pesar de sus palabras, el hecho de que haya sido elegido mientras está pendiente de resolverse un caso por el que podría acabar inhabilitado durante siete años por prevaricación, tampoco deja una gran imagen de la RFEF.

Louzán ha ganado las elecciones tras imponerse a Salvador Gomar por el doble de votos, noventa a cuarenta y tres, lo que ha hecho que no fuera necesario ir a una segunda vuelta. Sergio Merchán, el otro candidato que se presentaba, se retiró a última hora para dar su apoyo a Louzán. Habrá que ver cómo evoluciona el caso y si finalmente el gallego se acaba convirtiendo de manera definitiva en presidente de la RFEF.